La memoria de Angela Merkel
La excanciller alemana justifica su política de brazos abiertos durante la crisis de los refugiados
El giro anti-austeridad de la Unión Europea tras la pandemia de 2020 se vivió en España como un reconocimiento de que la receta de los recortes aplicada en la crisis financiera de 2008 había causado una catástrofe social. Sin embargo, quien espere encontrar algún atisbo de remordimiento en la autobiografía de Angela Merkel, paladín de la estabilidad presupuestaria, que se olvide. “Aquí todo el mundo quiere algo de ti. ¿Por qué nadie presiona a Grecia para que ahorre?”, recuerda haber pensado a finales de 2009 cuando la entonces canciller alemana recibía presiones, principalmente de Francia y del Banco Central Europeo, para que Grecia recibiera ayuda. Atenas acababa de reconocer que su déficit público no era del 3,7%. Superaría el 15%. Aceptó los rescates de “los países en peligro por la especulación” —Grecia, Portugal, Italia y España— porque “se comprometían a aplicar reformas”.
En Libertad, donde hace un repaso subjetivo de los últimos acontecimientos históricos, Merkel sí se pregunta si pudo haber hecho más por evitar el brexit o por combatir el cambio climático. La razón confesa de...