Otro pasado es posible
Enmienda a la versión oficial sobre el origen de la civilización y la noción de progreso.
El antropólogo estadounidense David Graeber, autor de trabajos de referencia —sobre todo para la izquierda— como En deuda y Trabajos de mierda, falleció en septiembre de 2020, con solo 59 años, muy poco después de entregar este manuscrito, que resultó ser su obra más ambiciosa y que escribió junto con el arqueólogo David Wengrow.
Este monumental trabajo rastrea el origen de antiguas civilizaciones y pone en entredicho la versión hegemónica sobre el progreso humano construido por la clase dominante occidental. Esta visión oficial considera inevitable aceptar que el mundo se ha ido construyendo siempre, desde la invención de la agricultura y la formación de las ciudades, a partir de la codicia, las guerras, el dominio de un grupito de jefes masculinos y la construcción de Estados: un paquete necesario para el progreso.
El trabajo de Graeber y Wengrow supone una enmienda a la totalidad a esta visión hegemónica: en su opinión, ni siempre fue así ni es inevitable que lo sea. Ni siquiera está claro que avancemos en dirección al progreso. Para ello, estudian a fondo muchas civilizaciones olvidadas en todos los continentes, que no acababan de encajar con este patrón pese a impulsar también grandes urbes y vivir de la agricultura, y se formulan nuevas preguntas, que acaban alumbrando un marco alternativo. Todo ello, con una mirada global - no eurocéntrica - y con la pasión de quien está convencido de estar descubriendo un nuevo mundo que, aunque sea antiquísimo, aporta claves que podrían mejorar el presente de la humanidad.
Hay mucha erudición en este trabajo y también mucha imaginación, aunque no necesariamente más que la que han exhibido otros académicos que, a partir de meras especulaciones, han forjado verdades legitimadoras de modelos sociales y políticos muy injustos.