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Diciembre 2022 / 108
El martes 2 de marzo de 1976, tres meses después de la muerte de Franco, el inquieto periodista José Antonio Martínez Soler (Almería, 1947), director del semanario Doblón, fue secuestrado, torturado y sometido a un fusilamiento simulado por unos desconocidos. Sucedió tras la publicación de un artículo sobre la purga de mandos moderados de la Guardia Civil. Sus verdugos querían saber sus fuentes. “No guardaba silencio por heroísmo”, relata, “sino porque no tenía idea de quién me había dado las pistas de los Boletines del Ejército para poder publicar el artículo basado en fuentes oficiales”.
Martínez Soler no relató el suceso hasta 2006. Ahora recoge con detalle aquella traumática experiencia en el libro La prensa libre no fue un regalo, una obra apasionante, muy bien documentada, que aporta elementos para valorar el papel decisivo de la prensa en la transición. Es un proceso en que, afirma el autor, “el miedo de ambas partes nos hizo demócratas”. El 27 de septiembre anterior a su secuestro, Franco había firmado sus últimas penas de muerte: tres jóvenes del FRAP y dos de ETA.
Miedo valiente. "El miedo de ambas partes nos hizo demócratas", afirma el periodista andaluz
Cuando ocurrieron los hechos, el autor, aunque joven, ya era un periodista avezado. Había pasado por las redacciones de Hispania Press, los diarios Nivel y Arriba y el semanario Cambio 16. Y sobre todo, se la jugaba, lo que lo convirtió en un habitual de los tribunales acusado de delitos de prensa que solo existen en los regímenes fascistas. Después fue redactor jefe de Economía de El País y fundador de El Sol y La Gaceta de los Negocios y 20 Minutos.
Con su valentía, que oculta, y sus miedos, Martínez Soler ayuda a entender el papel esencial de los periodistas de Cuadernos para el Diálogo, Triunfo, Cambio 16 y otros medios para asentar la democracia en España en los tiempos heroicos.