Últimamente no nos sale un año bueno. Y el de ahora no pinta demasiado bien. Es lo que tiene la economía: si nada se mueve, mal; si todo se mueve, peor.
Lo más visible es el movimiento de la gente que protesta. En Francia, en Reino Unido, en Alemania, incluso en Israel, hay broncas tremendas por dos razones fundamentales: la arrogancia del poder y el maltrato a los trabajadores. Son dos caras de la misma moneda. El neoliberalismo está ideológicamente agotado, pero cuando se tiene la fuerza no hacen falta ideas y la restauración mundial del antiguo régimen, el vigente...