Un personaje con mal destino
Los antiguos guionistas de Hollywood denominaban “dead meat”, literalmente “carne muerta”, al personaje simpático destinado a fallecer antes del final de la película. Como no podían cargarse al protagonista, conseguían la lagrimita del público matando a alguien cercano y querido, generalmente su mejor amigo.
Los antiguos guionistas de Hollywood denominaban “dead meat”, literalmente “carne muerta”, al personaje simpático destinado a fallecer antes del final de la película. Como no podían cargarse al protagonista, conseguían la lagrimita del público matando a alguien cercano y querido, generalmente su mejor amigo. El personaje “dead meat” era obligado en las películas bélicas. Desde las primeras imágenes podía adivinarse quién iba a llevarse la bala perdida, o el impacto de la granada o incluso las dos cosas si el argumento era tremebundo.
Ahora podríamos imaginarnos quién será el “dead meat” de la geopolítica mundial a finales del siglo XXI. Hablamos de geopolítica para referirnos a casi todo: desde la prosperidad industrial y comercial hasta la solidez militar, pasando por la red de alianzas y la estabilidad social interna. O sea, para referirnos al poder, que permite a quien lo tiene hacer cosas vedadas a quien no lo tiene.
Soy incapaz de imaginarme cómo será el mundo a finales de siglo. Quizá quienes muevan los hilos no sean ya entidades públicas (los gobiernos pierden peso específico desde hace décadas), sino privadas. Pero sí apostaría que el “dead meat” de este siglo, es decir, el personaje que empieza bien y acaba muy mal, será Europa. Y no voy a discutir si el Reino Unido, esas islas cuyos habitantes creen vivir en mitad del Atlántico, y no a 33 kilómetros de Francia, debe considerarse o no europeo. África y Latinoamérica tienen altas opciones de rematar el siglo mejor de como lo empezaron, lo que les libraría del papel fatídico.
El tratado que creó en 2020 la asociación económica de 15 países asiáticos no generó revuelo, porque entonces lo que nos interesaba eran las vacunas contra la covid. Pero fue una primera señal. Esa asociación encabezada por China es la mayor zona de libre comercio del planeta, con 2.300 millones de habitantes y un tercio de la economía global.
Apostaría a que Europa será como ese personaje que siempre acaba muerto en las películas
Rusia ya no es el enemigo. Lo que ahora preocupa a Washington es China
Este año, EE UU ha reemplazado a Francia (y de rebote a la Unión Europea) por Australia como aliado militar queridísimo, por la obvia razón de que Australia está mucho más cerca que Francia de China, que es lo que preocupa a Washington. Rusia ya no es el enemigo. Y todo apunta a que EE UU pierde interés por la OTAN, esa alianza militar que no cae demasiado bien pero que ha permitido a Europa desarrollar sus entrañables rasgos pacifistas.
Veremos qué otra desventura le espera al continente el año próximo. Uno diría que este siglo se le hará largo a la UE. Para comerciar hace falta poder, y para tener poder hacen falta armas y estar en la pomada de los acontecimientos (la UE, ni una cosa ni otra). En fin, tampoco es cuestión de ponerse pesimistas antes de hora. Para el siglo XXII faltan 80 años y difícilmente veremos el final del partido. Y puede ser que en esta película “dead meat” se salve y gane la lotería. De momento, “dead meat” está ya en serios apuros.