Una herramienta transparente para seguir mejorando
REAS Red de Redes presenta su undécima Auditoria/Balance Social 2025, en la que han participado más de 700 entidades de la economía social y solidaria
REAS Red de Redes de Economía Alternativa y Solidaria ha dado a conocer los resultados de su radiografía anual de las entidades que conforman la economía social y solidaria en España. La undécima edición de la Auditoría/Balance Social 2025 examina el estado de salud de cientos de cooperativas, asociaciones, fundaciones y sociedades de inserción, así como su grado de cumplimiento de los seis principios recogidos en la Carta de la Economía Solidaria: equidad, trabajo digno, sostenibilidad ecológica, cooperación, reparto justo de la riqueza y compromiso con el entorno.
Los datos contenidos en el informe corresponden al ejercicio económico 2024. Durante ese periodo, las 731 entidades que han participado en la auditoría —entre ellas Alternativas económicas, SCCL, cooperativa editora de la revista del mismo nombre— ingresaron conjuntamente 857 millones de euros, frente a unos gastos de 838 millones. El 55% de esos ingresos provinieron de la facturación, el 33% de subvenciones y el 12% restante de otras fuentes. La mayor parte de los beneficios obtenidos, un 59%, se destinaron a aumentar las reservas, compensar pérdidas o efectuar nuevas inversiones, el 19% a causas sociales solidarias y el 7% a inversiones en entidades financieras de la economía social y solidaria.
“La auditoría es una herramienta de transparencia que nos permite evaluar nuestras prácticas y tener un itinerario de mejora continua”, explicó Luigi Carinci, consejero de REAS Red de Redes, en la presentación del informe. “Es también un instrumento para mejorar la toma de decisiones y un estímulo para la reflexión, la innovación y la transformación”. La amplia oferta de la economía social y solidaria, agregó Carinci, “llega cada vez a capas más amplias de la sociedad y de la propia Administración pública”.
Aicha Belassir, directora general de la Economía Social del Gobierno de España, afirmó que la auditoría es una referencia imprescindible para conocer el alcance real de la ESS en España. “Es mucho más que un instrumento estadístico; es una herramienta estratégica que permite visibilizar, medir y poner en valor el impacto económico, social y medioambiental de numerosas entidades que están demostrando la viabilidad y la pertenencia a un modelo económico basado en unos valores que no son los convencionales”, dijo. “Lo que no se mide no existe, y lo que no se dimensiona no se reconoce. La auditoría permite a las organizaciones orientarse, mejorar y reforzar sus estratégicas en ámbitos tan centrales como la igualdad, la gobernanza la sostenibilidad ambiental y el empleo digno y la participación”. Los datos, del estudio, agregó Belassir, “confirman que la ESS no es solo una parte relevante de nuestro tejido productivo sino un modelo empresarial que prioriza el interés general y bienestar colectivo”.
Apoyo mutuo
Una característica que distingue a la economía social y solidaria es la estrecha relación que mantienen las entidades entre ellas. Prácticamente todas las organizaciones analizadas en la auditoría (95%) colaboran de alguna u otra forma con otras organizaciones de su sector. Un 65% opera con finanzas éticas, un 17,1% efectúa compras dentro de la economía social y solidaria, un 9,3% lo hace a entidades del mercado social y un 7,9% a otras entidades no lucrativas.
Las más de 700 entidades participantes en la auditoría constituyen el 76% de REAS RdR, Red de Economía Alternativa y Solidaria, una red confederal de ámbito estatal integrada por 15 redes territoriales y 6 sectoriales, entre ellas la Coordinadora Estatal de Comercio Justo, Unión Renovables, la Mesa de Finanzas Éticas, la Asociación Española de Recuperadores de Economía Social y Solidaria (AERESS), la Red de Supermercados Cooperativos y la Red de Vivienda Cooperativa en Cesión de Uso. REAS RdR acaba de cumplir sus 30 años de existencia.
La economía social y solidaria es aquella que pone el énfasis en la participación democrática, la sostenibilidad y el bienestar de las personas en lugar de la competencia o los beneficios materiales. Sus entidades se apoyan en valores como la equidad, la solidaridad y la justicia social con el propósito final de mejorar el bienestar en los territorios donde trabajan.
Un total de 177.000 personas trabajan o colaboran con las entidades participantes den la auditoría social. De ellas, 19.000 son trabajadoras, 26.000 voluntarias y 130.00 asociadas. Más de un 54% son mujeres, un 45% son hombres y un 1% tiene identidades no binarias
Otros datos más destacados de la auditoría son los siguientes:
Equidad: la diferencia salarial es de 1/1,71 entre el salario más alto y más bajo de las personas trabajadoras. Hay un 65% de mujeres en puestos de responsabilidad y un 98% de entidades utilizan un lenguaje no sexista.
Trabajo digno: un 73% de las empresas mejora los permisos legales de conciliación, un 82% genera espacios de atención emocional y cuidado a las personas trabajadoras y el 68% poseen un reglamento interno de gestión de relaciones laborales.
Sostenibilidad ecológica: el 97% de las organizaciones aplica criterios de consumo responsable en la adquisición de productos; un 74% toman medidas para reducir y/o compensar la huella ecológica en la actividad económica y el 54% usa energía 100% renovable.
Diversidad: un 75% de las entidades contemplan acciones para fomentar la diversidad dentro de la organización, cifra que asciende al 81% en el caso de acciones positivas hacia fuera de la organización. El 79% de las entidades facilitan la accesibilidad para situaciones de discapacidad, contando en un 53% con espacios adaptados a diferentes tipos de discapacidades. Se registra un 7% de personas trabajadoras con alguna discapacidad, de las que más de un 60% mujeres.