El plan B de Xi para reanimar la economía
Pekín apuesta por el sector privado en su intento de retomar la senda hacia el liderazgo mundial. Los empresarios no se fían
Beidaihe es una famosa ciudad balneario china situada a unos 300 kilómetros al este de Pekín, donde la élite del Partido Comunista pasa sus vacaciones de verano y discute de forma informal asuntos políticos y económicos que más tarde se pondrán en práctica. La cita es una referencia obligada en el calendario político local, a pesar de que en muchas ocasiones no trasciende lo que allí se habla hasta meses después.
Este año, con toda seguridad, los líderes chinos habrán abordado la situación económica que atraviesa el país y cómo aliviar la profunda desaceleración económica que padece. Es un reto de compleja solución dados sus problemas estructurales, agravados por el pulso comercial y tecnológico que el país mantiene con Estados Unidos, y que incide en sus planes de modernización industrial y tecnológica.
Caen las exportaciones
La gravedad de la salud económica china lo resume el débil aumento de la tasa de crecimiento del PIB del 0,8% registrado en el segundo trimestre, frente al 2,2% del primero. Este dato recoge la persistente caída de las exportaciones y el hecho de que las ventas minoristas se...