Evitar los errores del pasado con el gas

Las infraestructuras faraónicas que acaban en fiasco las suelen pagar los contribuyentes, con sus impuestos o a través de la factura energética. Uno de los casos más sonados es el del proyecto Castor, por el que, tras su paralización, se ha pagado una indemnización millonaria al empresario Florentino Pérez. ¿No debería "rendirse cuentas", entonces, de las decisiones sobre infraestructuras? ¿O preverse un reparto de riesgos "más equilibrado" entre inversores privados, gobiernos y consumidores? 

Es justo lo que reclaman los académicos y expertos en energía Albert Banal-Estañol y Olivier Massol, tras analizar en un informe el nivel de infrautilización de infraestructuras gasistas en tres países europeos: Francia, Reino Unido y el "llamativo" caso de España. 

 

España acumula el 35% de toda la capacidad de almacenamiento de Gas Natural Licuado (GNL) de la Unión Europea, lo que le ha dado un gran protagonismo a resultas de la guerra de Ucrania, por la búsqueda de alternativas al gas ruso. Sin embargo, los índices de utilización de sus plantas de regasificación de GNL "son de los más bajos del continente". Entre enero de 2019 y junio de 2022, la tasa anual de uso nunca superó el 56%, y la de las seis con mayor capacidad de España, ubicada en Barcelona, se usó, de media, el 32% en el primer semestre de este año.

El informe sobre El sistema gasista español de Enagás de 2021 incluye puntos máximos de producción lejos de la capacidad de las plantas, salvo en Mugardos (A Coruña).

Los autores de ¿Hacia cero emisiones netas? Regulación de la infraestructura e inversión en el sector del gas en España concluyen: "Las previsiones erróneas" de demanda de la primera década del siglo —se planificaba pensando en tener el máximo de capacidad por si acaso—, así como "los excesivos incentivos a la inversión", han trasladado "demasiado riesgo" al consumidor. El 40% de la factura de energía de los españoles son peajes y cargas, que incluyen costes de mantenimiento de instalaciones nunca utilizadas. La planta de El Musel (Gijón) cobra ahora vida tras una década sin llegar a abrirse. 

"Aunque la guerra esté implicando un mayor uso,hace falta visión a medio y largo plazo", subraya Banal-Estañol, profesor de la Universitat Pompeu Fabra y, entre otros, miembro de la Ofgem, el  regulador energético de Reino Unido.

La Agencia Internacional de la Energía apunta que en 2030 el nivel de uso de gas debe recortarse al menos el 30% respecto de los niveles de 2021. 

 

"En este escenario, ¿vamos a repetir los mismos errores del pasado?", se pregunta el investigador con relación al llamado BarMar, el tubo para llevar hidrógeno verde de Barcelona a Marsella pactado entre Portugal, Francia y España una vez enterrado el proyecto MidCat. Y añade: "El uso masivo del hidrógeno verde es incierto. Para que fuera competitivo habría que reducir sus costes en un 80%. El BarMar tiene mejor marketing que el MidCat, pero, si se construye, de entrada transportará gas".

Climate Action Track ha alertado de que los planes globales de expansión masivos de GNL "comprometerán seriamente" el objetivo de no sobrepasar el 1,5 ºC sobre la temperatura de 1850.