Las dos Españas, más económicas que políticas
Reducir las crecientes desigualdades sería un buen comienzo para calmar el desencanto y la tensión social
Para quienes dicen que España se rompe hay que concederles que aciertan. Pero la fractura no es territorial, sino económica. Las dos Españas no son políticas, sino económicas porque cada día se separan más las rentas más altas de las más bajas. En nuestro país, los suelos y los techos sociales son pegajosos y los estratos sociales en los que uno nace empiezan a ser calabozos económicos en los que uno muere. La menguante movilidad social se traduce en que dos de cada tres personas pobres en nuestro país (65,7%) seguirán siéndolo dentro de cuatro años, según la OCDE, 18,4 puntos más que hace tres décadas. Por el contrario, quienes nacen ricos tienen la certeza casi absoluta de que morirán ricos y, si en 1990 uno de cada tres millonarios podía descender de clase social, ahora solo es uno de cada cuatro. El ascensor social se rompe.
La explicación técnica es que el retorno del capital es mucho mayor que el del trabajo. En castellano, quien tiene dinero puede obtener una rentabilidad sin riesgo que supera con mucho a la que consigue quien tiene un empleo. Mientras que las letras del tesoro ofrecen rentabilidades...