Accede sin límites desde 55 €/año

Suscríbete  o  Inicia sesión

Paradojas y limitaciones de medir la productividad

Hay que replantearse el concepto de productividad y recoger en su medición todos los insumos de la producción, no solo los monetarios

Comparte
Pertenece a la revista
Septiembre 2024 / 127
Paradoja

Ilustración
Lola Fernández

El concepto de productividad es uno de los más utilizados en economía y, quizá, de los más conocidos entre la población por sus implicaciones prácticas.

Me atrevo a pensar que cualquier persona con una mínima formación o cultura general sabe que la productividad es el resultado de dividir la cantidad producida por algún recurso (un trabajador o una máquina, por ejemplo) entre el número de horas necesitadas para producirla. Al definirla así, el diccionario de la Real Academia pone este ejemplo: la productividad de la cadena de montaje es de 12 televisores por operario y hora.

También se sabe que el incremento de la productividad está directamente relacionado, casi siempre, con la utilización de nuevas técnicas, con el desarrollo tecnológico.

Sin embargo, tan solo a partir de esas dos ideas que conoce casi todo el mundo aparecen ya algunas paradojas interesantes.

La primera es que el concepto de productividad que utilizan economistas y servicios estadísticos para calcular su magnitud y hacer comparaciones no es el que acabo de indicar —cantidad producida (q) dividida entre el número de horas (h)—. Para estimarla,...

Conoce las opciones de suscripción

Si quieres recibir artículos gratuitos, déjanos tu correo