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Una verdad incómoda

Las políticas de regulación de flujos y de integración de inmigrantes no son separables, y en ellas debe prevalecer el principio de inclusión

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Octubre 2023 / 117
Integracion refugiados

Getty images

La máxima en boga entre los gobernantes de nuestro tiempo es que la verdad en política es lo que funciona. Esa sentencia falla cuando se aplica a la dinámica migratoria. La política de inmigración no es realista ni nuclearmente legítima. Declaro escribir con parcialidad (pienso desde la Unión Europea y en los inmigrantes extracomunitarios). Sé que los socios del Club Europeo son diversos en lo que respecta a sus experiencias migratorias y legislativas. Me arriesgo al generalizar

Los humanos somos animales de prioridades y de cercanías. Las primeras apuntan al tiempo, y las segundas, al espacio. En lo que concierne a los inmigrantes observamos si llegan en un buen (o mal) momento y si el color de su piel los acerca (o aleja) del ciudadano medio. Pero, aunque la “verdad” en materia migratoria sea temporal, no se reduce a lo más visible. De ahí que la política de inmigración haya de ser una ética fundada en el conocimiento. 

En las políticas que despliegan los países de la UE se dan cita las urgencias, los intereses, las pasiones y las evidencias. Veamos una a una. Lo inmediato es el control de los flujos...

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