Economía con gafas violeta
El feminismo incorpora una mirada que invita a repensar la disciplina para que se ponga al servicio de la vida humana y del planeta en lugar de centrarse solo en la búsqueda de beneficios
Lo primero que suele venir a la cabeza cuando se habla de economía son palabras como dinero, mercados, empresas, empleo, prima de riesgo, bancos, deuda o PIB. Y ello influye en cómo se suele entender la disciplina: como si se ocupara solo de las actividades y relaciones que se establecen e intercambian por dinero. Pero esta es una idea incompleta y algo tramposa, puesto que omite actividades y relaciones fundamentales para la continuidad de nuestras vidas, la de los seres humanos y del planeta.
La economía convencional tiene sesgos. Uno de los más evidentes deriva de la idea de sujeto estándar que utiliza: hombre, blanco, burgués, heterosexual, sano, con plena funcionalidad, en edad media productiva, urbano y con ingresos medios. Esta idea deja fuera a más de la mitad de la población, las mujeres, así como a la parte de hombres que no encajan en ese estereotipo. El mismo sesgo se reproduce luego en los análisis económicos.
Cambiar la mirada
Para ver más allá de lo que cuenta la economía convencional conviene cambiar la mirada y la forma en que analizamos la realidad. Así es como se pone de relieve que hay otra...