La piedra angular de un sistema de cuidados público-comunitario
REAS Red de Redes reflexiona sobre cómo se reparten los cuidados y qué papel han de desempeñar en este campo las administraciones y los agentes sociales y económicos
Cada ser humano presenta una profunda dependencia de otros seres humanos. Durante toda la vida, pero sobre todo en algunos momentos del ciclo vital, las personas no podríamos sobrevivir si no fuese porque otras dedican tiempo y energía a cuidar de nuestros cuerpos”1 . Esta afirmación de Yayo Herrero viene a recordarnos la necesidad de cuidados en un sistema capitalista que parece haberlo olvidado cuando, en vez de ocupar un lugar central de la organización socioeconómica, los relega al ámbito privado de los hogares. Esto ha tenido como consecuencia su invisibilización, la falta de valoración social de los mismos y el mantenimiento de la división sexual del trabajo.
En efecto, quienes realizan los trabajos de cuidados sufren la precariedad derivada de escasos derechos laborales, deficiente regulación y bajos salarios. Esta precariedad tiene, además, cuerpo de mujer, ya que son trabajos feminizados desempeñados esencialmente por mujeres, muchas de ellas migrantes. Los movimientos feministas y otras corrientes de economía crítica, como la economía solidaria o la ecológica, llevan años señalando una profunda crisis...