Probablemente, el mayor desconcierto para la mayoría de los ciudadanos deriva de la abierta discrepancia entre el aluvión de datos positivos relativos a la buena marcha de la economía en general y la persistencia de las difíciles condiciones de la vida real para la mayoría de los trabajadores.
Durante el mes de junio, los principales organismos nacionales e internacionales han revisado al alza los grandes indicadores económicos. Aseguran que la economía crece más de lo que se había previsto anteriormente, que el superávit de los intercambios con la Unión Europea se ha triplicado desde 2019, que las inversiones de capital extranjero han aumentado el 84% en los últimos tres años y que la entrada de turistas bate cifras récord.
Quizá el mejor indicador que refleja la situación actual es el contraste entre el fuerte crecimiento de los beneficios de las empresas (68%) y el incremento de las remuneraciones de los trabajadores, (5,9%) durante el primer trimestre, según el Banco de España. En el sector de la energía las ganancias crecieron el 140%.