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Otra vez, en vilo por los bancos

Lo más significativo de la nueva crisis financiera es que, de nuevo, va a dañar la economía. Las soluciones para afrontar las quiebras han sido erróneas

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Abril 2023 / 112
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Silicon Valley Bank

Han pasado apenas 15 años de la crisis financiera de 2008 que generó la Gran Recesión. Millones de ciudadanos de distintos países vuelven a estar en vilo por los fiascos bancarios. La crisis bancaria que estalló en Estados Unidos el pasado 10 de marzo ha provocado ya la quiebra de dos bancos, Silicon Valley Bank y Signature Bank, que tuvieron que ser rescatados por las autoridades. 

Pocos días después, la conmoción alcanzó a Europa. Credit Suisse, el segundo gran banco suizo, quebró a pesar de las infructuosas inyecciones de liquidez. Finalmente, tuvo que ser absorbido por el gigante helvético UBS. Las tensiones financieras provocaron el hundimiento de las acciones del Deutsche Bank, el mayor banco alemán, que registró un fuerte encarecimiento del seguro contra el impago de su deuda.

Transcurridas dos semanas del inicio de esta inesperada debacle financiera, hay serias dudas sobre sus causas, alcance y consecuencias. Conocer estos aspectos es prioritario para calibrar el impacto que puede tener en la economía y en la vida de las personas.

A pesar de que se ha tratado de minimizar su relevancia, estamos ante una crisis bancaria de enormes dimensiones. Es la segunda crisis financiera más importante en Estados Unidos. La mayor fue en 2008, en la que cayeron 25 bancos, con unos activos totales de 374.000 millones de dólares. En 2009 se hundieron 140 bancos con unos activos de 171.000 millones de dólares. Ahora, en 2023, hasta el momento han quebrado dos bancos, Silicon Valley Bank y Signature Bank, con unos activos conjuntos de 319.000 millones de dólares. Además, el First Republic, con 213.000 millones de dólares en activos, solo se mantiene en pie gracias a las ingentes ayudas públicas. En Europa, el suizo Credit Suisse ha sucumbido tras un largo historial de prácticas fraudulentas y ha dejado a decenas de miles de perjudicados.

 

Menos crédito
Lo más significativo de lo que está ocurriendo es que, de nuevo, la crisis daña la economía. Significará la reducción del crédito, que tendrá un impacto negativo en la actividad económica y una menor creación de empleo. El Banco de España ha alertado ya de que la crisis financiera podría enfriar la incipiente recuperación económica. En el mismo sentido se ha expresado la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, que ha reconocido: “Las incertidumbres son excepcionalmente elevadas”.

Las soluciones adoptadas tanto en Estados Unidos como en Suiza para afrontar sus respectivas quiebras bancarias han sido erróneas, según la opinión mayoritaria de los analistas. Por una parte, en Estados Unidos la crisis fue provocada por la repentina subida de los tipos de interés, según ha subrayado el profesor Joseph Stiglitz. Por otra, la decisión de garantizar todos los depósitos de los bancos afectados, por encima del mínimo legal de 250.000 dólares, ha sido criticada por la desigualdad que supone respecto a otros bancos. 

Los críticos consideran incomprensible que los gestores del SVB hubieran sido tan negligentes en la gestión de su deuda que se fue depreciando a medida que subían los tipos de interés y la falta de diligencia de los supervisores en detectarlo. En el caso de Suiza,  la decisión de amortizar los bonos (CoCos, en la jerga bancaria) por un valor de 17.000 millones de dólares, mientras se salvaba una parte del capital de los accionistas —en contra de las normas en la UE y EE UU— ha provocado una oleada de reclamaciones. 

Las sospechas apuntan a que la medida se tomó por exigencias del banco comprador UBS, que no quería seguir remunerando unos bonos con un interés elevado superior al 7% y, por otro lado, para salvar parte del capital del principal accionista de Credit Suisse, el Saudi National Bank, controlado por el fondo soberano de Arabia Saudí. La consecuencia inmediata es una fuerte inestabilidad del mercado de CoCos, que supera los 250.000 millones de euros en la UE y 20.000 millones en España.

Una de las diferencias de esta crisis con la anterior es que ahora los inversores y ahorradores están mejor informados gracias a la existencia de asociaciones y analistas que divulgan inmediatamente los datos sospechosos. Depósitos de miles de millones huyen en pocas horas de los bancos con historiales fraudulentos. Se estrecha el cerco contra las malas prácticas, a pesar de la tolerancia de las autoridades.