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Autónomos: la empresa más frágil

Solo los negocios sin personal asalariado van a más en España desde la crisis de 2008, fruto de la falta de alternativas y de los incentivos al autoempleo. Son los proyectos que caen antes.

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Octubre 2022 / 106

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Getty images

Las pastelerías pagan hoy por la harina, ingrediente esencial de su negocio, el doble de lo que solían pagar. Pero, aunque en un contexto de precios por las nubes las compras más golosas puedan flaquear, la nevera no puede desenchufarse, el horno no se apaga. Después de sufrir con incredulidad cómo se le multiplicaba por 2,5 el recibo de la electricidad,  Antoni Bellart, patrón de Triomf, resume de qué se habla todo el día en el gremio de pastelerías de Barcelona, que preside: que si los costes de la materia prima se comen el margen, que hasta qué punto es mejor o peor repercutir el coste extra al precio de venta y, últimamente, que cuánto costaría amortizar la inversión en unas placas solares. “La situación no es buena para nadie. El gasto que tendrás en personal [en Triomf trabajan ocho personas] lo sabes. Pero los cambios de costes de la electricidad y de la materia prima no te los esperas. En el sector, hay quien trabaja ya para el diablo, y hay quien tendrá que bajar la persiana, sobre todo entre las microempresas”, explica. Aunque influya el tipo de actividad, la formación y las circunstancias de cada caso, en tiempos convulsos los más pequeños caen primero.

 

Una microempresa emplea de una a nueve personas. Constituye un submundo dentro de las pymes, ya de por sí acaparadoramente mayoritarias frente a las grandes compañías. Y, dentro de este submundo, hay, a su vez, otro: el de las mini más mini. Son las que solo emplean a una persona o a dos. Y las que, directamente, carecen de personal asalariado. Juntando estas dos casuísticas, hablamos nada menos que del 83,1% de todas las empresas en España, según el Directorio Central de Empresas.
 

Las empresas mini van a más

 
En el tejido producto español no solo abundan las micro, sino que son las que proliferan a mayor ritmo, especialmente, las que carecen de personal: suponen el 55,3% del total y, desde la crisis de 2008, aumentaron el 8,9% en España, con un incremento de 157.636 sociedades. En cambio, desde esa misma fecha, en España ha disminuido la cantidad de empresas de cualquier otra dimensión, mucho o poco: hay 50.000 menos entre las que contratan a 1 o 2 personas, 35.000 menos entre las que tienen de 6 a 9 trabajadores y 30.000 menos en el caso de las de 10 a 19. Las que ocupan a más de 500 personas se han mantenido estables. 
 
En total, hay un 0,5% menos de empresas que al estallar la burburja. Pero la gráfica plana enmascara que son las empresas sin empleados las que evitan el hundimiento.
 
El año 2008 truncó una tendencia generalizada al alza. Si nos remontamos al inicio de la serie estadística del INE (año 1999), en las dos décadas transcurridas la cantidad de empresas total ha aumentado el 35%. Pero, de nuevo, las más mini proliferaron más aún: el 38% en el caso de las que carecen de empleados y el 39% las que ocupan a una o a dos personas. 
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Evolución de las empresas
Las empresas sin personal pueden ser sociedades anónimas, de sociedad limitada, cooperativas, comunidades de bienes, entre otras modalidades. Pero la gran mayoría —1,3 millones de 1,88 millones— son personas físicas: autónomos, autónomas.
 
"La inflación está siendo catastrófica, sobre todo para los negocios que dependen más del consumo energético y de determinadas materias primas. Pero más allá del sector, los proyectos más endebles, con menor facturación, poco consolidados, carecen de músculo financiero. No tienen patrimonio que vender ni acceso fácil a la financiación”, señala David Campo, desde la organización de autónomos y emprendedores UATAE. 
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Reparto de las empresas

Peluquerías inquietas

 
Llueve sobre mojado, después de la pandemia. “Las peluquerías sufrieron por el hecho de no poder combinar servicios a la vez en el mismo salón. Las ayudas a los autónomos llegaron tarde y fueron escasas. Asistimos a descensos de ingresos del orden del 20%, y hay miedo a empeorar las cosas si se suben precios”, explica Montserrat Lladó, asesora del gremio de peluquerías barcelonés. 
 
En este sector, las dos grandes patas de los costes son el alquiler y el personal. “La mayoría de propietarios de los establecimientos no suelen ser grandes tenedores”, apunta Lladó, refiriéndose a la regulación de alquileres catalana tumbada por el Constitucional, mientras que la ley española sigue  atascada en en Parlamento. En cuanto al personal, el empleo cae.
 
Actualmente, hay menos personas asalariadas trabajando para autónomos que antes de la pandemia: según el Ministerio de Trabajo, al final del primer semestre de este año 2022 había 39.629 menos que en el mismo periodo del año previo a la crisis sanitaria, 2019. Es una caída del 4,5% que contrasta con el aumento del conjunto de personas asalariadas que se ha dado en España entre el 30 de junio de 2019 y el 30 de junio de 2022 (el 3,7% más), y también con el aumento del total de la población ocupada (el 3,3% más), según las distintas Encuestas de Población Activa (EPA). 
 

Altas y bajas, rotación a gogó

 
A ello se le suma una elevada rotación. Desde inicios de año y hasta agosto, se produjeron 424.000 altas de autónomos en la Seguridad Social, pero en paralelo hubo 430.000 bajas. “La rotación es tremenda. Se ha estado fomentando el ponerse por cuenta propia. Hay mucha gente que, desesperada, al no encontrar una alternativa en el mercado laboral, se da de alta en el régimen de autónomos. ¿Hay que tener más autónomos porque eso mejorará la economía? Pues no. Hay que ayudar para que haya negocios viables. Si no, se consiguen de modo irresponsable datos positivos de altas mensuales oficiales. Hay más cantidad pero menos calidad”. Es la opinión de Eduardo Abad, presidente de la organización de profesionales y autónomos UPTA.
 
Según el directorio DIRCE, casi el 40% de las empresas sin ningún asalariado muere antes de cumplir cuatro años de vida. Son las que caen antes [véase gráfico].
 
"El autoempleo individual se ha estado incentivando, con la regulación, la fiscalidad y los discursos a favor del emprendimiento, pero debe dejar de promoverse, porque supone llevar al extremo la transferencia de riesgo desde la empresa hacia quien presta los servicios. A menudo, es el resultado de la subcontratación de una parte del proceso productivo por parte de una compañía sin motivos productivos ni organizativos para hacerlo. Y no vale no aplicar normas laborales a los independientes para reducir costes", apunta el profesor de Derecho del Trabajo de la Universidad de Valencia, Adrián Todolí. Para este jurista y economista,  "un exceso de microempresas puede ser perjudicial para la economía". 
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Trabajadores por cuenta propia

De tamaño y productividad

 
Hay numerosas investigaciones que defienden que las empresas de dimensión óptima en términos de productividad son las que tienen entre 50 y 250 personas (en España suponen el 11% del total). Los investigadores Van Ark y Monkhof han constatado que las sociedades de cero a nueve trabajadores obtienen el 38% menos de productividad por trabajador que la media. 
 
El Banco de España ha alertado reiteradamente de las consecuencias de la falta de dimensión de las empresas españolas y, tanto durante la pandemia como en la actual crisis de precios, el gobernador, Pablo Hernández de Cos, ha incidido en que potenciar su tamaño redundaría en mayor productividad y mayor solidez financiera. 
 
En las encuestas del supervisor, las micropymes demuestran sistemáticamente conocimientos muy inferiores al de las empresas de 20 trabajadores en la comprensión relacionada con los dividendos, los riesgos,la inflación, los intereses y los préstamos. 
 
A principios de año, la consultora McKinsey apuntaba que las empresas más pequeñas "permanecen menos digitalizadas" que las medianas, y estas, a su vez, menos que las grandes, y, tras esta realidad, se ve el hecho de que "las soluciones digitales, a menudo, están diseñadas por las grandes empresas", según su informe Beyond financials: helping SME thrive.
 

Salarios y presencia sindical

 
Otro aspecto relevante es el salarial. Más de la mitad de las personas ocupadas que no llegan al salario mínimo están en micropymes, según se deduce de la clasificación por deciles de población de la EPA.
Los asalariados carecen, además, de protección sindical. Las empresas de menos de seis trabajadores no tienen —ya no un comité de empresa, que requiere de al menos 50 trabajadores y trabajadoras—, sino derecho a tener delegado sindical. “Se habla mucho de reforma del mercado laboral, pero muy poco de reforma del tejido productivo. El exceso de microempresas es un problema para el sindicato, pero sobre todo es un problema para el país. La democracia no llega a todas las empresas”, comenta al respecto Javier Pacheco, secretario general de Comisiones Obreras de Cataluña. Las micropymes duplican, además, el empleo a tiempo parcial medio del conjunto de las empresas.
 
Los principales sectores donde hay más microempresas sin empleados son el comercio, la construcción de edificios, las actividades inmobiliarias, las sanitarias y las actividades jurídicas. 
 
Según estimaciones del Comité Europeo Económico y Social, solo el 5% de la inversión multimillonaria planeada por los Estados miembros para la transición verde y digital “ayudará directamente a la transición verde de las pymes”.  La Comisión Europea reclama en este sentido que, en la intermediación durante el reparto de fondos, se considere de forma cuidadosa si el socio financiero extiende la financiación a las micro y pequeñas empresas. En su Informe anual sobre Pymes Europeas 2021/2022, dice: “Estas empresas claramente soportan un riesgo más elevado y están menos preparadas para la inversión y para temas ligados a la sostenibilidad, comparadas con las grandes, luego corren el riesgo de quedar fuera incluso de las medidas de apoyo financiero público”.
 
Otro de los grandes retos de las empresas más pequeñas es el de la transición ecológica. Por una triple razón: las dificultades de lidiar con los costes energéticos al alza, los costes asociados a las políticas contra el cambio climático y las variaciones  en la demanda.  Por otra parte, el 73% de las micropymes no realiza auditorías de CO2, porcentaje mucho más elevado que el arrojado por las pequeñas, y, por supuesto, que las medianas y grandes. Casi el 100% de las empresas mini no monitoriza las emisiones.
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Nivel de conocimientos financieros

A favor del emprendimiento

 
Sin embargo, frente a las generalizaciones, hay voces que claman por un análisis en profundidad antes de sacar conclusiones precipitadas. “De entrada, que se produzca una importante creación de empresas, aunque sean muy pequeñas, no tiene por qué ser malo, aunque ciertamente la escala tiene ventajas en innovación, facilidades para integrarse en programas de formación de capital, un mejor acceso a financiación y para la digitalización. Pero el proceso podría ser positivo para el emprendimiento”. Es el parecer del profesor de Economía y Empresa de la UOC Josep Lladós, investigador sobre negocios digitales, quien pide que se tome cierta “distancia” respecto de la primera impresión de las estadísticas, por ejemplo, respecto a la pérdida de empleos de autónomos. “Han pasado muchas cosas que pueden haber afectado también a estas microempresas, con la pandemia y tras la pandemia: ha habido cambios de política, se han improvisado múltiples ayudas, se ha empezado a aplicar la reforma laboral. Y decisiones sobre autónomos dependientes…”, avisa.
El profesor de la UOC concede que cuando se produce una elevada rotación es más probable que aumenten las empresas sin asalariados por necesidad de autoemplearse que por la visión de una oportunidad de negocio. "Aun así", remarca, "habría que analizar por qué mueren esas empresas, y la situación de cada sector con relación a cuestiones como la formación o la digitalización". En los foros de autónomos de las redes abundan las quejas a las trabas administrativas. 
 
En todo caso, existe una carrera por aumentar la cantidad de trabajadores por cuenta propia. A partir de 2023, la Comunidad de Madrid pondrá en marcha una nueva tarifa plana. Tan plana que se presenta como una “cuota cero”. Supone recibir una ayuda que el autónomo gastará como convenga, se supone que para pagar su cuota. En la misma línea se ha pronunciado la Junta de Andalucía, ya desde antes de la cruzada fiscal de Juanma Moreno. 
 

Infracotización

 
“Las tarifas planas son una ayuda y, a la vez, son una ayuda perversa. Atraen a un determinado perfil de autónomo que carece de un claro plan de negocio, a gente que busca complementar ingresos. El fenómeno de los falsos autónomos explosionó en paralelo con la progresiva consolidación de estas bonificaciones a la cuota para acceder a la protección social”, añade Abad. 
 
"Claro que la tarifa plana es una ayuda para empezar. Pero ante un proyecto de negocio es infinitamente más útil poder disponer de asesoramiento financiero o en marketing, de ayuda en contabilidad y de menos trabas administrativas”, apunta Campo, de UATAE. 

El bajo nivel de cotizaciones entre quienes trabajan por cuenta propia arroja un panorama desolador de cara a la jubilación. El 84% del colectivo ha infracotizado, según calcula el sector. La cuantía media de las pensiones de jubilación de los autónomos es de 835 euros al mes, más de 500 euros menos que la media del régimen general. Y eso que la media del régimen general esconde la precariedad en la que vive la mayor parte del colectivo pensionista, muy heterogéneo. Quienes ganan poco cotizan poco. Y quienes ganan mucho se apoyan en fuentes de ingresos alternativos como patrimonio inmobiliario, planes de pensiones o inversiones privadas.

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Emisiones de CO2 de las empresas