¿Va bien la economía?
Los indicadores convencionales pulverizan récords en el mundo y en España, pero poco o nada nos dicen sobre el impacto social y medioambiental de la actividad económica
La economía mundial pulveriza un récord tras otro, a pesar de la sucesión de crisis, y la prensa económica global parece cada día de fiesta al constatar que los nubarrones que auguraban una recesión no se han cumplido: el PIB mundial, que calcula los bienes y servicios producidos, ha crecido el 24% desde 2020, año en que estalló la pandemia; las Bolsas han subido más del 140% desde que irrumpió la covid-19, según el índice global MSCI, y las corporaciones nunca habían repartido tantos dividendos: el 35% más que en 2020, según las estimaciones de la consultora Janus Henderson.
La economía va como un tiro: ¡descorchemos el champán!
No tan rápido: en este mismo periodo de euforia para el capital, las emisiones de CO2 que causan el cambio climático han seguido creciendo, a pesar de que deberían ser recortadas drásticamente para evitar el desastre; la huella climática también pulveriza récords negativos según los cálculos del Global Footprint Network y la Universidad de York; la desigualdad aumenta todavía más, de acuerdo con la tendencia registrada por el World Inequality Database, mientras que los Objetivos...