El progreso en la sanidad, la alimentación y las condiciones de vida a lo largo de las últimas décadas han alargado la esperanza de vida en las sociedades modernas. Entre sus vecinos de la Unión Europea, España se sitúa en cabeza: frente a la media comunitaria de 81,7 años, los españoles viven 84. La diferencia resulta más marcada todavía en el caso de las mujeres españolas, que suelen vivir más años que los hombres (86,7 frente a 81,3), aunque en los últimos años la brecha ha menguado en favor de estos últimos. La longevidad es una tendencia en el Sur de Europa y en países del Norte con un potente estado del bienestar. Son la Europa del Este y las repúblicas bálticas las que presentan edades medias de fallecimiento más bajas. Se da la circunstancia de que la proporción de hogares con personas mayores de 65 años que viven solas es es muy inferior en España.