Te quedan 2 artículos gratuitos este mes.

Accede sin límites desde 55 €/año

Suscríbete  o  Inicia sesión

Rusos y ucranianos en busca de su identidad

La mirada de la periodista Pilar Bonet ofrece una perspectiva fundamental para entender hoy a Rusia

Comparte
Pertenece a la revista
Noviembre 2023 / 118
Náufragos del imperio

Pilar Bonet, la periodista española que mejor conoce Rusia, cuyas crónicas son material de consulta obligada para investigadores y diplomáticos, expone su propia visión del país fundamentada en  un extenso trabajo de campo. Este libro ofrece una mirada reflexiva que ayuda a comprender mucho mejor el trasfondo de la guerra con Ucrania. Bonet, corresponsal de El País, durante más de 30 años en la antigua Unión Soviética y en Rusia, ha seleccionado los materiales de sus cuadernos que recogen las vivencias de los numerosos personajes que ha entrevistado.

El dominio tanto del idioma ruso como del ucraniano le han permitido transmitir fielmente los sentimientos, la cultura y las vicisitudes políticas que han experimentado sus ciudadanos. “Rusia es una nación sin Estado, pero que tiene un imperio”, reflexiona la autora. “El problema”, precisa, “es que la columna vertebral de este Estado era el Partido Comunista, y al desaparecer ha quedado desvertebrado”.

El libro recoge las vivencias de muchos personajes, de gentes recias como las de la región del Donbás, endurecidas por el carbón y el metal o historias como las de la fábrica Izolyatsia y las secuelas de su privatización. La autora combina los reportajes con los análisis de episodios políticos decisivos como “la otra conferencia de Yalta” de agosto de 2014, impulsada por el Kremlin para promover el desmembramiento de Ucrania mediante la creación de la Unión de Repúblicas Populares integradas por las provincias de Donetsk y Lugansk.

A través de diversos relatos y reflexiones políticas, Bonet va encajando las piezas de la historia de un país con una gran cultura que la periodista define como “europea, aunque los grandes escritores como Tolstoi y Dostoievski no tienen nada que ver con los gobernantes de hoy”.