Un Monopoly con la partida a medias
Las protestas masivas por la falta de acceso a la vivienda dan testimonio del drama que viven amplias capas de la población
El problema de la vivienda condiciona la vida, ya sea por los pocos alquileres a precios estratosféricos, sobre todo en las grandes ciudades, ya sea por la dificultad de comprar un piso si no media en ello una herencia o una ayuda relevante de la familia. Trabajar ya no basta.
En El secuestro de la vivienda, el antropólogo Jaime Palomera, compara su situación con la de quien se suma a una partida de Monopoly empezada hace rato —el resto de jugadores ha comprado ya varias calles— y, además, amañada. Sin embargo, el Monopoly, en el que...