Casa Blanca SA
Trump hace oídos sordos a las acusaciones de corrupción y se lanza a monetizar a lo grande su segundo mandato como presidente
Donald Trump entró en la Casa Blanca siendo rico y todo indica que saldrá más rico aún. Ningún otro líder de EE UU ha hecho un uso tan descarado de la presidencia para engrosar su cuenta corriente con negocios tan alejados de los principios éticos que, se supone, deberían guiar su gestión. La lista es larga y variada.
Transcurridos apenas seis meses de su segundo mandato, Trump ha normalizado comportamientos que hasta hace poco hubieran provocado enormes escándalos y copado los principales espacios en los periódicos e informativos de televisión. Buena parte de los medios de comunicación, de la opinión pública e incluso de la oposición demócrata parecen anestesiados ante tantos excesos. La frontera que separa lo moralmente aceptable de lo reprensible se ha borrado casi por completo en Washington.
“Los Trump no son, ni mucho menos, la primera familia presidencial que se beneficia del poder, pero ha hecho mucho más para monetizar la presidencia que cualquier otra que haya pasado por la Casa Blanca”, escribió el Peter Baker, jefe de la delegación del New York Times en Washington, que lleva tres décadas cubriendo...