El gigante tranquilo reclama liderazgo
El Gobierno de Pekín intenta sacar tajada de los terremotos geopolíticos promovidos por Trump y se moviliza para ejercer un papel preponderante en el nuevo orden mundial
Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro”. Esa máxima, que escribió hace más de 2.000 años el general Sun Tzu en su libro El arte de la guerra, seguramente ha sido recordada en más de una ocasión en las últimas semanas por los dirigentes chinos, emplazados a posicionar al gigante asiático ante la súbita sintonía entre EE UU y Rusia para acabar con la guerra de Ucrania.
La situación obliga a la diplomacia china a desplegar todas sus artes para adaptarse a los terremotos geopolíticos que provoca el presidente Donald Trump con sus iniciativas, panorama que Pekín aprovecha para transmitir su mensaje de que China es una potencia estable y leal, dispuesta a resolver sus problemas económicos y a colaborar en la estabilidad y el desarrollo del planeta.
Los altos funcionarios chinos llevaban meses preparando un posible regreso de Trump a la Casa Blanca y tenían asumida la complejidad de dialogar con Washington. Pero aspiraban a influir en los esfuerzos de EE UU por lograr la paz en Ucrania. Confiaban en que Trump aprovecharía la influencia de Pekín sobre Rusia y que ese papel...