Covivienda con mirada inclusiva

Las cooperativas de vivienda en régimen de cesión de uso, una fórmula a medio camino entre el alquiler y la propiedad, con piso de uso propio de por vida y convivencia comunitaria en espacios comunes, va calando poco a poco. Hasta ahora se han impulsado proyectos de tamaño manejable, pero empiezan a dibujarse en el horizonte apuestas de mayor envergadura. Es el caso del que va a impulsarse en las antiguas casernas del barrio de Sant Andreu de Barcelona, a resultas de un acuerdo entre Sostre Cívic y el grupo cooperativo TEB, para desarrollar 80 viviendas cooperativas diseñadas, además, con perspectiva inclusiva, pues en ellas vivirán también personas con alguna discapacidad intelectual. 

Se trata de un proyecto sin parangón en España, que requerirá una inversión aproximada de 15 millones de euros y que contará con financiación de los fondos europeos Next Generation (3,2 millones del total). El calendario previsto indica que las viviendas deberán estar listas en junio de 2026, sobre un solar de titularidad pública que ha cedido el Ayuntamiento de Barcelona. 
 

Aportación inicial

En las cooperativas en cesión de uso, las personas participantes aportan una cuantía inicial —suele ir de los 25.000 a los 50.000 euros— y, después, pagan una cuota mensual para financiar el coste mientras se devuelve el crédito con que financiarlo, y que suele estar por debajo de la media de un alquiler. La propiedad del edificio es de la cooperativa y la cesión del suelo es por 75 años, ampliable a 90 años. 

"Se trata de una oportunidad real para la inclusión. No buscábamos unos cuantos pisos para personas con discapacidad, sino un proyecto integral pensado desde la perspectiva de la inclusividad que rompa estigmas mediante un modelo de convivencia comunitaria", explica Pepa Muñoz, directora de Comunicación y Promoción Cooperativa de TEB. Esta entidad se hará cargo de la aportación de las personas residentes con discapacidad (se estiman en 24). Uno de los grupos participantes en este, Casa Cooperativa, lleva tiempo trabajando para construir modelos que puedan servir de modelo o referencia para facilitar el acceso a la vivienda de otros colectivos en situación de vulnerabilidad.

Proyectos en marcha

Sostre Cívic, que cuenta con 1.200 personas socias, gestiona actualmente 23 proyectos de vivienda cooperativa, 11 de los cuales ya son realidad y el resto está en fase de promoción y construcción. El 57% del total se desarrollan en edificios de obra nueva y el 64%, en suelo de titularidad pública, explica José Téllez, desde la cooperativa. Cada uno de los proyectos o fases de la cooperativa se impulsa desde un núcleo inicial de gente interesada, pero en este caso singular se ha constituido una comisión de participación que tengan en cuenta cuestiones como la sensibilidad por los colectivos con mayores dificultades de inserción social a la hora de seleccionar y también de diseñar los espacios colectivos, que tengan en cuenta la realidad y las necesidades de las personas con discapacidad. 

El gobierno municipal de Ada Colau se apoya en las cooperativas y fundaciones como una de las vías para intentar ampliar el parque social de vivienda asequible de la ciudad. A finales de 2020 firmó un convenio con las principales entidades de vivienda sin ánimo de lucro que incluye construir 1.000  pisos sociales mediante la provisión de suelo a las entidades.