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El reto de ser europeístas

El 20 aniversario del euro ha coincidido con la respuesta de la Unión Europea a la crisis provocada por la covid-19, que ha supuesto un salto cualitativo en la integración del continente. Esta coincidencia ha favorecido sustancialmente el balance de esta primera etapa de la moneda única. 

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Febrero 2022 / 99

Durante sus primeros 20 años de vida, el euro y el proyecto europeo han sobrevivido tras superar con dificultades importantes adversidades y crisis como la bancaria (2008), la de Grecia (2009), la de deuda pública (2010-2012) y la causada por la avalancha de inmigración (2015).

Debido a la falta de una política fiscal común y a las erróneas medidas de austeridad impuestas tras la crisis financiera, la Unión, lejos de reducir las distancias entre los Estados, ha acentuado sus divergencias, como señaló el profesor Joseph E. Stiglitz en El euro (Taurus, 2016). En cambio, la sorprendente rapidez con que la UE acordó importantes paquetes de ayudas financieras en abril y julio de 2020, a través del endeudamiento común, para apoyar a los países más perjudicados por la epidemia ha cambiado sustancialmente la opinión sobre la Unión. Las ayudas superan los 800.000 millones de euros, de los que 390.000 millones serán a fondo perdido.

El estudio The fiscal implications of the EU’s recovery package, del Banco Central Europeo, elaborado por los economistas Alessandro Giovannini, Sebastian Hauptmeier, Nadine Leiner-Killinger y Vilém Valenta, pone de relieve la relevancia que ha tenido la acción europea para determinados países. El trabajo ha calculado las subvenciones netas que recibirá cada país. Así, mientras Alemania y Francia acumularán un saldo fiscal negativo del 2% y 1% del PIB, respectivamente, Grecia y España obtendrán un saldo fiscal positivo del 8% y 4%, respectivamente. Como ha señalado el profesor Antoni Castells, “estos resultados muestran lo que es una unión de transferencias” para hacer frente a la crisis de la covid-19 y avanzar hacia la integración europea. Son unas transferencias a las que Alemania y otros países del norte se habían opuesto frontalmente en anteriores ocasiones.

La respuesta a la covid-19 ha supuesto un salto cualitativo en la integración

El desafío más urgente al que se enfrenta la Unión es la creación de un 'demos' europeo

El nuevo clima generado por las medidas contra la pandemia se ha visto reflejado en el último barómetro de la Comisión, de finales de 2021, que revela que el 78% de los ciudadanos consideran que la adopción de la moneda única ha sido una buena cosa para la Unión. La realidad es que en el otro gran desafío de nuestro tiempo, el cambio climático, Europa se ha convertido el líder global con la aplicación de las medidas más eficaces. No obstante, siempre aparecen peligros como el intento de calificar de sostenibles la energía nuclear y el gas natural. De todas formas, como han señalado Marlène Schiappa y Clément Beaune, ministra y secretario de Estado del Gobierno francés, respectivamente, “Europa es la única y verdadera invención política de nuestro tiempo”.

Derechos sociales

El proyecto europeo, no obstante, se enfrenta a serios desafíos cuya superación es cada vez más necesaria. Probablemente, el más urgente sea la creación de un demos europeo, como ha señalado el profesor Castells. Para ello, propone la creación de un auténtico Gobierno federal y alejarse de la lógica intergubernamental, que suponen “una máquina de fabricar antidemos europeo” y potenciar el estado de bienestar “como un mecanismo poderoso de integración social”.

En la medida en que los ciudadanos comprueben que la pertenencia a Europa les concede importantes derechos sociales (seguro de desempleo, salario mínimo, pensión mínima, seguro de depósitos bancarios), comprenderán que no es un proyecto retórico y vacío, como ya han comprobado como consumidores gracias a ciertas directivas y sentencia del Tribunal de Justicia de la UE.

A lo largo de la construcción europea ha habido numerosos intentos de consolidar un modelo social, pero los avances han sido frenados por la coincidencia histórica con un periodo de fuerte influencia de las ideas neoliberales. Como señala el profesor Adrián Todolí, “la Comisión Europea ha propuesto valiosas directivas en materia social, pero después se han desvirtuado tras pasar por el Consejo”.

Tras el fracaso de las políticas de austeridad, de nuevo hay un paquete de directivas en marcha que, si prosperan, supondrán un avance relevante en la protección de los derechos de los trabajadores.

La existencia de la Unión también se ha revalorizado con motivo de la crisis de Ucrania. La estrategia de la UE pasa por intensificar el diálogo y oponerse a una guerra de consecuencias imprevisibles e incalculables.