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El origen del virus sigue en la oscuridad

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Enero 2023 / 109

Fotografía
Getty images

¿Evolución natural o fuga de laboratorio? Resolver la incógnita requiere la improbable colaboración de las autoridades chinas. 

 
Han pasado tres años y aún no se sabe cómo empezó la pandemia. La hipótesis considerada más probable desde el primer momento ha sido que el virus saltó de los murciélagos de herradura a los humanos pasando por otro animal. Al principio se creyó que ese animal podía ser el pangolín y algunos trabajos más recientes apuntan al perro mapache, pero hay bastantes especies que se vendían en Wuhan, la ciudad epicentro de la pandemia, susceptibles de ser el eslabón perdido. Mientras no se encuentre el virus en individuos de una especie concreta, esta hipótesis no se verá confirmada.
Varios trabajos difundidos en 2022, incluido uno elaborado por investigadores chinos al iniciarse la pandemia, refuerzan las informaciones iniciales de que el mercado de Huanan es el punto en el que el virus empezó a dispersarse con rapidez, pero sigue habiendo dudas sobre si el primer contagio humano se concretó ahí o fue en otro lugar y lo que hubo en esas instalaciones fue un evento de amplificación.
 
Cambio importante
Un informe difundido en junio pasado por la OMS sostiene que el origen zoonótico (infección transmitida por un animal) sigue siendo el más probable, pero que la posibilidad de que el salto se diera en un laboratorio no puede descartarse y necesita “más investigaciones”. Esta conclusión supone un cambio importante con respecto al informe de la organización en 2021, en el que el accidente de laboratorio se consideraba “muy improbable”.
El planteamiento de la OMS no difiere sustancialmente del que sostiene la actual Administración de EE UU, a pesar de que los demócratas rechazaron la idea de un accidente de laboratorio cuando Donald Trump ocupaba la Presidencia. Ya en el verano de 2021, un informe solicitado por Joe Biden a los servicios de inteligencia concluía que el accidente era tan creíble como el contagio por un animal.

La OMS  no descarta ninguna de las dos hipótesis principales

 
Un percance de laboratorio no implica necesariamente que el virus que ha provocado la pandemia sea un producto de bioingeniería. El contagio de un empleado (que luego haya podido infectar a otras personas en el exterior) podría haberse producido a partir de un cultivo del virus en tejidos o en muestras conservadas en congelador. El Instituto de Virología de Wuhan es un centro de referencia internacional con la más amplia colección de coronavirus del mundo, lo que convierte en razonable profundizar en su funcionamiento y sus medidas de seguridad.
Un informe elaborado por funcionarios vinculados al Partido Republicano de EE UU sobre la base de documentación china, dado a conocer poco antes de las elecciones legislativas del 8 de noviembre, concluía que la pandemia de covid-19 fue, “muy probablemente, el resultado de una brecha accidental de biocontención entre mediados de octubre y mediados de noviembre de 2019” en el citado instituto.
También en octubre se publicó en bioRxiv (un repositorio de investigaciones pendientes de revisión) un trabajo encabezado por el biólogo matemático Alex Washburne que, utilizando un nuevo enfoque metodológico, relanzaba la idea de un virus diseñado en laboratorio. 
Todas las hipótesis siguen abiertas y para su confirmación todas ellas requieren de la colaboración de las autoridades chinas para tratar de corroborarlas. Pero la predisposición de Pekín a facilitar información y profundizar en los primeros pasos de la pandemia es escasa. Su mayor preocupación ha sido alejar el origen del virus del territorio chino con hipótesis chocantes: una es que soldados americanos llevaron el patógeno a Wuhan durante la celebración de los Juegos Mundiales Militares en octubre de 2019; otra, que el virus llegó al mercado de Huanan en alguna partida de pescado congelado infectada.