Reconsumo: el auge de la segunda mano
No es todo consumo consciente lo que reluce en el florecimiento de la segunda mano, que ha perdido su su estigma. Las 'apps' del sector incitan a comprar más y barato. La sobreproducción y la inflación hacen el resto
La realidad suele ser algo más compleja. "Afirmar que las ventas y compras de segunda mano aumentan por mayor conciencia ambiental es una afirmación de brocha gorda. Es difícil demostrar por qué sucede. Puede haber mayor rotación de artículos. Pero, desde luego, lo que seguro que crece a corto plazo es la necesidad. Mucha gente no llega a final de mes. Llevamos años encadenando varias crisis, y ahora más con la subida de precios", alerta José Manuel Alonso, responsable de la revista Opcions, promotora de un consumo consciente, que pasa por prescindir del consumo superfluo, por consumir sin comprar (compartiendo o alquilando) o por adquirir cosas con criterios sociales y ambientales, y no necesariamente por comprar más, usado o no, se necesite o no, porque... ¡es tan barato!
Martínez fue de las pioneras en hablar de reutilizar prendas, de intercambiarlas, de enseñar a convertir vestidos en faldas como hacían las abuelas y las madres o de insistir en una compra de calidad que durara. "Rompí algunos prejuicios, y ahora todo el mundo habla de sostenibilidad. No sé. Quizá la fast fashion hace que se produzca tanta ropa que ni siquiera quien vive de donaciones puede asumirla toda". Y añade: "La basura, y no solo de ropa, siempre ha movido dinero. Con ella se han construido imperios". A su memoria viene el documental Se abrió Paca, realizado por Fashion Revolution Guatemala, que puso el foco en la doble cara de la importación y el consumo masivo de ropa usada fruto de donaciones y del descarte textil por parte de países menos desarrollados. Por un lado, permite comprar a quien tiene pocos recursos, y por el otro, amenaza la industria textil local y fomenta el hiperconsumismo.