El cambio revolucionario consistiría en dos formas: en primer lugar, dejamos de comprar otras cosas, y nos gastamos los recursos en mejorar los servicios. Y en segundo lugar, redistribuimos más la producción de servicios. Que no lo hagan mayoritariamente las mujeres, que se reparta por género, y también por edades entre toda la población. Y hay otra posibilidad, que es lo que hemos venido haciendo, pero no nos gusta hablar de ello. Abrir la mano con la inmigración y que haya cuidado ilegal.
Hace poco salió una nueva ley de empleadas del hogar. ¿Qué le parece?
En buena parte se han cubierto estropicios de la estructura productiva. Pero todavía tienen unas condiciones muy por debajo del resto. Querrían tener los mismos derechos que los trabajadores de la industria, que producen unas plusvalías muy fuertes y que con medidas políticas se pueden redistribuir.
Si se cuida muy bien a una persona anciana no hay plusvalía alguna, pero la persona vive más años.
Muchos cuidados permiten más tiempo de vida sin dependencia. Pero, en fin, en el caso límite cuidar bien significa alargar el tiempo de cuidados.
¿Qué país se ha organizado mejor?
No serviría de nada copiar un sistema si los valores son muy distintos.
Si no confiamos en los políticos y en las estructuras del Estado no podremos copiar a Islandia, por ejemplo.
Y por edades también tenemos un problema. En una sociedad como la mexicana se puede pensar en distribuir por edades. Pero es que la población de España está muy envejecida.
Es bastante deprimente.
Soy crítica porque a menos que aceptemos que es un problema real, importante, no tomaremos nunca las medidas. Pero, afortunadamente, en el día a día me saco otro sombrero, que es el de decir: vamos a luchar y lo vamos a resolver. Vamos a inventar nuevas fórmulas. Hay un cambio que está empezando ahora, pero que también puede ser importantísimo: la ley de eutanasia, que por ahora tiene muchos problemas de aplicación. Y luego están las enfermedades crónicas, características de las sociedades envejecidas. Hay un embate de la enfermedad, se supera.
¿Qué opina de la jornada de 32 horas?
Habrá un nuevo sistema de castas en el que habrá gente que ocupe los puestos de máxima productividad y la productividad se convierta en poder y en calidad de vida. Esa gente puede tener la jornada de 32 horas. Además sin obligación presencial, pueden hacerlo desde Baqueira. Y donde haya una acumulación de tecnología pueden producirse unas plusvalías altísimas. Sin embargo, en los cuidados no se van a producir jamás las plusvalías. Los sectores que acumulen esas plusvalías probablemente no van a querer repartirla.
Cuando buscan mujeres para puestos de responsabilidad, muchas no quieren.
Muchas tienen el tiempo repartido entre ancianos, niños pequeños, etc. Asumir más no se llevaría solo una hora. Se llevaría la última hora de la semana que quedaba libre. En economía diríamos que es la utilidad marginal decreciente: la utilidad marginal de un euro extra o de un prestigio extra comparado con la utilidad marginal de la última hora. Si fuese una subasta, el último minuto valdría muchísimo. En la última encuesta sobre empleo del tiempo del INE aparecía el tiempo de trabajo en los hogares comparado con el de trabajo remunerado. La proporcionalidad es de 130 a 100. Es decir, por cada 100 horas que en España se ponen en el mercado de trabajo, incluido el negro y el subterráneo, se ponen 130 horas en los hogares. Si al tiempo de trabajo que se hace en los hogares se le aplica la misma fórmula que usa el INE con la Encuesta de Población Activa, para lo que ellos llaman puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo y le aplicase el tiempo medio que dice el INE para el sector servicios, saldría que el tiempo de trabajo de los hogares que es no remunerado (no está incluido el de las empleadas de hogar) equivale a 28 millones de empleos a tiempo completo. Si quisiésemos hacer un trasvase para aligerar a los hogares del 10%, por ejemplo, en el cuidado de personas muy mayores, manteniendo la misma productividad se necesitaría crear 2,8 millones de empleos a tiempo completo. Si tomamos en cuenta que la Administración pública tiene del orden de los 3,5 millones de empleos, ese 10% casi requeriría duplicar los empleos públicos, nada más y nada menos.