Cuando los capitalistas alababan la sobriedad
Paralelamente a las promesas de abundancia y prosperidad, el capitalismo del siglo XIX no dejó de elogiar los méritos de la moderación y la frugalidad
Se sabe, desde Marx, que la lógica de acumulación infinita es una de las características del modo de producción capitalista. En su último libro, la filósofa Nancy Fraser analiza los resortes de lo que denomina “capitalismo caníbal” (Siglo XXI, 2022). La búsqueda de beneficio justificaría que sea explotado y destruido todo lo que permite extraer plusvalía: el trabajo, la naturaleza, la inteligencia, el cuidado, la vida privada, etc.
Omnívoro, el capitalismo quisiera no conocer límites. La motivación económica sería su única filosofía. Pero incluso los capitalistas más iluminados, al menos una parte de ellos, se han visto obligados a aceptar que la naturaleza, los virus y la geopolítica nos imponen límites que ya no podemos ignorar. De aquí el regreso con fuerza, desde el verano pasado, de los llamamientos políticos a la austeridad.
Definir el capitalismo solamente por su ánimo de lucro sería olvidar la otra mitad de su discurso legitimador, que promueve desde hace tiempo los comportamientos de restricción, templanza y ahorro. Paralelamente a las promesas de abundancia, prosperidad y expansión, el...