La globalización de Gengis Kan
Edificado mediante guerras y masacres, el imperio mongol instauró, sin embargo, más de un siglo de 'pax mongolica' que hizo posible intensos intercambios económicos, tecnológicos y culturales entre China y Europa
Comienzos del siglo XIII: mientras los cruzados fracasan en su intento de conquistar los santos lugares, hordas de guerreros a caballo arrasan todo lo que encuentran a su paso. Los cristianos occidentales esperan que unos míticos cristianos de Oriente acudan a socorrerles, pero quienes llegarán serán los mongoles.
Proceden de lejos, de las estepas de Mongolia, en la frontera norte de China. Entre 1206 y 1211, un jefe, Gengis Kan, unifica las diversas tribus en torno a él y luego somete a los pueblos vecinos. Posteriormente, ataca China y saquea la capital de la dinastía Jin y obliga a las élites a huir al sur para refugiarse. Avanza hacia el oeste, invade Asia Central, Afganistán, Persia. En 1221 asedia Nishapur, una ciudad persa, la saquea y masacra a toda su población.
Esa violencia extrema tiene por objetivo convencer a otras poblaciones y ciudades de que se sometan sin oponer resistencia. Y funciona. La muerte de Gengis Kan en 1227 no interrumpe las conquistas. Su hijo y sucesor, Ogodei, seguirá expandiendo la soberanía mongola: en Asia, desde Corea al Tibet y al norte de la península india; al oeste, hasta Kiev, en...