José Ignacio Pérez Infante
Los perdedores de la crisis
Impacto: La devaluación salarial ha traÍdo consigo un aumento de la pobreza y de la desigualdad
Mercado de trabajo y devaluación salarial
No sólo ha descendido el salario real, sino también, y es más preocupante, el salario monetario. Pero el de quienes ganan más ha seguido subiendo.
El empleo mejora, pero la euforia no se justifica
Tenemos menos parados y más ocupados. Pero si se calcula la media del semestre, el empleo se reduce un 0,2% respecto al anterior semestre, y crece un 0,3% respecto a los primeros seis meses del año pasado.
A pesar del triunfalismo del Gobierno, el empleo sigue disminuyendo
Distintos miembros del Gobierno han declarado recientemente que la recuperación y la creación de empleo de la economía española es muy intensa y acusada. Dos ejemplos de ello son las declaraciones de la ministra de empleo y del presidente del Gobierno. (...)
Salarios más bajos y más productividad no significa ser más competitivos
Por mucho que se repita, la devaluación de los salarios de los trabajadores y la reducción de los costes laborales no tienen por qué mejorar la competitividad de la economía española. Esta puede incluso empeorar. Es precisamente lo que está ocurriendo.
Los salarios ante la crisis económica
La crisis económica en España comienza a percibirse nítidamente a partir del segundo trimestre de 2008, cuando se inicia un proceso de recesión económica, con tasas de variación intertrimestrales negativas de los datos desestacionalizados y corregidos del calendario del PIB real o en volumen.
Dinamitada la barrera de los seis millones de parados
La situación es tremendamente trágica y no parece que exista límite a este aumento descontrolado del paro: con niveles inferiores a un millón ochocientas (...)
Dinamitada la barrera de los seis millones de parados
La situación es tremendamente trágica y no parece que exista límite a este aumento descontrolado del paro: con niveles inferiores a un millón ochocientas (...)
Lo primero, crecer
En la situación actual, en la que seis millones de personas se encuentran en paro y en la que no parece haber límites a la destrucción de empleo, parar esta sangría debiera ser el objetivo principal, no solo de la política económica, (...)