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La Osa, ejemplo vivo de economía social

El supermercado cooperativo, ubicado en el distrito madrileño de Tetuán, fomenta el consumo responsable privilegiando la relación directa con el productor, la cercanía y la sostenibilidad

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Muchas veces oímos hablar de los principios de la economía social y nos cuesta imaginarnos cómo llevar estas ideas a la realidad. Te vengo a contar en este artículo sobre nuestro Supermercado Cooperativo La Osa, un ejemplo puesto en marcha en diciembre de 2020 con el objetivo de cubrir las necesidades diarias de acceso a una alimentación saludable que no sólo intenta cuidar a sus socias, sino a todas las personas involucradas en la producción y distribución de los productos que llegan a nuestras estanterías.

Somos un proyecto vivo formado por un variopinto colectivo de unas 1.500 personas que, juntas y de manera colaborativa, hacen posible una alternativa al sistema alimentario convencional. Nuestro supermercado de 800 metros cuadrados, sólo abierto a socias, se encuentra en el distrito de Tetuán, en Madrid, y cuenta con un surtido de unas tres mil referencias. En él puedes hacer una compra en ecológico de alimentos frescos y envasados y productos de higiene y limpieza, todo un conglomerado en el que intentamos privilegiar la relación directa con el productor, la cercanía y la sostenibilidad de su producción. Un espacio, en definitiva, donde poder profundizar en un consumo responsable.

 Participación cotidiana

Toda nuestra gestión está basada en la participación cotidiana de sus socias. Al integrarte en la cooperativa te conviertes en copropietaria y adquieres unos compromisos fáciles de cumplir que están en la base de nuestra gestión. Todas las socias hacemos un turno de trabajo de tres horas cada cuatro semanas, en las que realizamos las tareas básicas del supermercado (recepción de pedidos, colocación en las estanterías, puesto de caja, limpieza, etc.). Estos turnos no sólo nos permiten bajar los costes de personal, sino que se convierten en un medio para profundizar el vínculo con el proyecto y a la vez conocer desde dentro la complejidad del sistema de producción y distribución de alimentos. Adquirimos un doble rol de trabajadores y consumidores.

Las vías de participación no acaban ahí. Además, contamos con varias comisiones, formadas por socias de manera voluntaria, para realizar otras tareas como la gestión de los turnos, la organización de asambleas y reuniones, la coordinación de eventos con productoras o la difusión de nuestro proyecto. Tareas, en fin, que vienen a hacer de apoyo a la gestión profesional que realiza nuestro equipo laboral, formado en este momento por seis personas. 

Como en toda cooperativa, las socias podemos participar también en las asambleas con voz y voto, en las que se aprueban las líneas estratégicas de gestión. Las dos asambleas anuales están precedidas de unas reuniones en las que profundizamos con más tiempo, en los temas que consideramos importantes en el momento. Contamos con el acceso a través de la web a una buena cantidad de información, incluida la de carácter económica y contable, para toda aquella persona que quiera estar informada para la toma de decisiones. Un boletín mensual, un canal de Telegram, una newsletter vienen a complementar las vías de acceso a información cotidiana.

Compromiso con el entorno

Participación, transparencia, gestión democrática e igualitaria; como ves, vamos hablando de los principios de la economía solidaria. ¿Qué decir de nuestro compromiso con el entorno? Pues un compromiso ineludible, siendo nuestra actividad la venta de alimentos. Si a esto le sumamos que nuestro surtido lo forman en su gran mayoría productos ecológicos y que mantenemos toda una cartera de proveedores que son pequeños productores, que nos hacen llegar sus productos de forma directa, nuestra vocación de cuidado del entorno es evidente. 

Digo vocación porque todavía nos queda mucho camino por recorrer en este sentido. El aumento de la cartera de estos pequeños productores de cercanía, la progresiva reducción y reutilización de envases, el esfuerzo en la disminución del desperdicio alimentario y el mayor conocimiento de la realidad laboral detrás de nuestros productos generan un volumen de trabajo que a medida que seamos más socias y podamos aumentar nuestra plantilla podremos abordar de mejor manera de lo que ya hacemos.

En toda nuestra gestión, siempre nos guía la convicción de que es mucho más transformador nuestra presencia en Madrid como alternativa al sistema comercial convencional, a pesar de no llegar a cumplir todos nuestros objetivos para estar plenamente alineados con los principios de la economía social, que no resultar viables económicamente y desaparecer. Intentamos ser realistas, asumir transitoriamente nuestras pequeñas contradicciones, como puede ser la presencia de productos que no se identifiquen como respetuosos con el medio, y continuar avanzando con esta magnífica alternativa de consumo responsable y de emprendimiento colectivo.

Hacemos además un gran esfuerzo para trabajar en red, no sólo con otros supermercados cooperativos del Estado, sino con otras entidades de la economía social (Mercado Social de Madrid, HISPACOOP, UNCUMA, CALMAR)

Seguiremos creciendo, surgirán proyectos similares con los que no competiremos, sino que trabajaremos juntos, y en el futuro acabaremos siendo un modelo alternativo que no será visto como una rareza. Creemos que el futuro será social y ecológicamente respetuoso o no será. Te invitamos a que entres en nuestra web y te incorpores a alguna de nuestras reuniones de bienvenida.

Alberto Estaire es miembro del Consejo Rector de La Osa