Cuando ser cooperativa es capital
La economía social capta financiación de su base con fórmulas impensables en las empresas mercantiles
Afinales de 2021, Som Energia, la cooperativa de energía verde más grande de Europa, con sede en Girona, exhibía un balance contable que era la envidia del sector: con unos fondos propios de 33 millones de euros y con una base social de 75.000 personas socias implicadas en su financiación, no tenía ni un solo euro de deuda bancaria y ni siquiera una simple póliza contratada. Si algo le reprochaban los expertos era, si acaso, un exceso de liquidez.
Sin embargo, en febrero de 2022 Vladímir Putin ordenó la invasión rusa de Ucrania y con ello puso patas arriba el mercado energético europeo, con un aumento de costes súbito y brutal, que en un mercado tan regularizado obligaba a las comercializadoras a multiplicar garantías y adelantar muchísimo dinero en una situación de volatilidad extrema.
De pronto, la cooperativa modelo se enfrentó al abismo: en octubre de ese mismo año, su equipo contable estimó unas necesidades de tesorería de 10 millones de euros para poder seguir operando. Para ya: sin tiempo para negociar su primer crédito bancario.
Tic, tac, tic, tac.
Fue ahí cuando los gestores decidieron enviar un mensaje de...