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El desarrollo de la ciencia económica tomó durante muchos años como referente al homo economicus, un ente imaginario cuyo comportamiento en relación a la economía y las finanzas sería al ciento por ciento racional. La hipótesis de este ser ficticio, que permitió simplificar las matemáticas de los primeros modelos económicos, está ya sobradamente desmentida. Investigaciones como las de Daniel Khaneman evidencian la influencia de elementos no racionales en nuestros comportamientos, descritos como animal spirits en el ámbito...