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La irresponsabilidad ética con la que OpenAI y sus competidores aceleran el despliegue de sus grandes modelos de lenguaje (LLM) ha provocado un resurgir del espíritu del techlash que la pandemia había relegado a un segundo o tercer plano. Más de 50.000 personas se han adherido a una propuesta de pausar el entrenamiento (no la investigación) de estos LLM en tanto no haya una confianza razonable en que "sus efectos serán positivos y sus riesgos manejables".
La propuesta ha sido también objeto de críticas radicales, incluyendo las de...