Hace tiempo hablamos aquí de la prima de riesgo. Se trata de un concepto fácil: cuanto más pobre o endeudado está alguien, más caro se le presta el dinero. El acreedor trata de compensar con unos intereses altos el peligro de no recuperar el crédito. La cosa tiene su lógica.
Creo que quienes se atreven a hacer predicciones son necesariamente tontos o deshonestos. Inscríbanme, por favor, en el bando de los tontos porque, igual que el mes pasado, voy a escudriñar el futuro para que sepan ustedes a qué atenerse.
Si no has llegado a entender qué significa la prima de riesgo, lee este artículo de Enric González: lo entenderás. Y si ya lo sabes, léelo igual: te reirás.
Lo mejor de la “trampa de liquidez” es el nombre. Parece el título de una aventura del Capitán Trueno. “Trampa de liquidez”: sugerente, ¿no? Y da una idea gráfica del asunto. ¿Se imagina un inmenso pantano de dinero?
La confianza es una hipótesis, una suposición sobre la conducta ajena, en la que hay que tener en cuenta los antecedentes y la probabilidad de que ocurran imprevistos.