Servicios a terceros

De todas las webs de turismo colaborativo, éstas son las que han despertado más sospechas y más quejas, pero también las que han permitido que comience a formalizarse una economía informal que haga posible para miles de personas ganar (...)

Mucho más que turismo

Al turismo convencional le ha nacido un fuerte competidor: el turismo colaborativo, que puede cambiar completamente la forma en que se hacen viajes. 

Una gran oportunidad

La economía colaborativa es una realidad explosiva con un peso creciente en nuestras vidas. El fundamento está en compartir. La idea de que es mejor compartir que poseer está ganando adeptos a un ritmo exponencial. La pérdida de poder adquisitivo que ha provocado la crisis (...)

Por Andreu Missé

El mercado social toma Madrid

La Feria de la Economía Solidaria se consolida como escaparate de los modelos alternativos que hacen compatible la solvencia con la justicia social y la sostenibilidad

Por José Vicente Barcia

28. Coche compartido

Comprar un coche ha sido durante muchas décadas símbolo de estatus, y en muchos casos sigue siéndolo, aunque cada vez hay más gente —especialmente, entre los jóvenes— interesada básicamente en su función primaria: un medio de transporte que sirve para ir de un sitio al otro sin depender de terceros. Para ello no siempre es necesario comprarse un automóvil y asumir los costosos gastos anexos, desde el seguro hasta las reparaciones: basta con adentrarse en el mundo del carsharing.

Por Alternativas económicas

27. Intercambio de casas

Lo más caro de viajar suele ser el alojamiento y para las familias con niños es aún más inaccesible. Si finalmente se consigue un buen precio, lo habitual es que sea un espacio pequeño y despersonalizado. Una alternativa es el intercambio de casa. Siempre se ha hecho, pero Internet ha multiplicado las posibilidades y algunas webs cuentan con hasta 50.000 casas en todo el mundo. No se trata solo de un ahorro económico: es también la mejor forma de vivir las vacaciones como viven los lugareños.  

Por Alternativas económicas

23. Banco de tiempo

Tener alguna habilidad —cortar el pelo, enseñar a leer o escribir, lo que sea— no es garantía de que el mercado te lo reconozca y te paguen por ello. Sin embargo, los bancos de tiempo, que siempre crecen en contextos de crisis, sí permiten sacarle partido a través del intercambio: yo te corto el pelo y tú refuerzas las matemáticas de mi hija. Las combinaciones son casi ilimitadas y es posible acceder a muchos servicios sin dinero. Solo hay que cumplir unas reglas muy elementales.

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