Aviso de perturbaciones
La economía mundial puede verse, en 2023, sometida a una dura prueba
El año 2022 estuvo marcado por la guerra de Rusia contra Ucrania, el resurgimiento de brotes de la covid-19, fundamentalmente en China, y por un considerable y generalizado aumento de la inflación, que merma el poder adquisitivo de los hogares y aumenta los costes de algunas empresas. Sin embargo, no hay recesión. La actividad económica creció en un 3,4% en 2022, según cálculos del Fondo Monetario Internacional (FMI). En Europa, esa resistencia “se debe, en parte, a la ayuda pública —de alrededor del 1,2% del PIB de la Unión Europea— que recibieron los hogares y las empresas afectadas por la crisis energética”, según estiman los economistas del Fondo, “así como por el dinamismo provocado por la reapertura de los países” tras los múltiples confinamientos del año 2021. Incluso en Alemania, gran país exportador, que tradicionalmente sufre más que sus vecinos por la disminución del comercio mundial, la actividad aumentó el 1,9% en 2022.
Globalmente, el crecimiento mundial sigue siendo inferior a la media observada entre 2000 y 2019 (3,8%). Y, lo que es más importante, las perspectivas para 2023 no son...