Viaje a la Antártida amenazada
Los daños de la crisis climática son ya evidentes en el llamado Continente Blanco. La desaparición de los glaciares, la propagación de enfermedades y la pesca furtiva son solo algunos ejemplos
Más al sur del paralelo 62, en las primeras estribaciones del círculo polar Antártico, el viento ruge sin aliento y el frío acarrea bocanadas ciclópeas de oxígeno que aligeran y sorprenden a pulmones acostumbrados a filtrar aire tiznado de contaminación y otros detritos. Hace apenas 150 años, alcanzar estas latitudes era una odisea reservada a exploradores, científicos osados, aventureros y foqueros y balleneros resilientes, acostumbrados a desafiar a los hielos eternos y los oleajes más hostiles.
Fue en 1603 cuando el navegante español Gabriel de Castilla atisbó por vez primera el archipiélago más septentrional de la Terra Australis, al que denominó Islas de la Buena Nueva en honor al galeón que comandaba. Apenas 200 años después, en 1819, el marino británico William Smith, tras una agotadora travesía, fue el primero en desembarcar en ellas y bautizarlas con su actual nombre, Islas Shetland. Hoy, arribar a la más grande de ellas, la Isla del Rey Jorge, puerta de entrada al continente helado, supone un vuelo de apenas dos horas y media desde la ciudad chilena de Punta Arenas, entre formaciones de nubes...