Accede sin límites desde 55 €/año

Suscríbete  o  Inicia sesión

Objetivo: recuperar poder adquisitivo

Comparte
Pertenece a la revista
Febrero 2023 / 110

Fotografía
Getty images

El sacrificio de los asalariados ha contribuido a frenar la espiral inflacionaria en España. Ahora toca compensarlo.
 
Una vez más, los asalariados pagan los platos rotos de una crisis. En esta ocasión se trata de la espiral inflacionista que ha frenado en seco la recuperación de la economía tras la pandemia. En 2022, mientras los precios subían el 8,4%, los salarios pactados en los convenios colectivos apenas crecieron el 2,8%, lo que supone una pérdida de poder adquisitivo del 5,6% para los 8 de cada 10 trabajadores que no cuentan con una cláusula de revisión salarial.
Estamos ante un nuevo revés tras la dura devaluación interna llevada a cabo en los años posteriores a la crisis de 2008, que trajo consigo una caída de los salarios de la que los trabajadores aún no se habían recuperado cuando llegaron la pandemia y el posterior brote de la inflación. La caída del poder adquisitivo en 2022 es de una magnitud similar a la registrada en los peores años de la Gran Recesión. Según la ONG Oxfam Intermón, las retribuciones en términos reales (medidas por su capacidad de compra) están el 4% por debajo del nivel que tenían cuando estalló el desastre financiero, hace 15 años.
Al mismo tiempo, los resultados empresariales mejoraron de manera notable el año pasado. Los sindicatos consideran que han sido los márgenes de beneficio de las grandes compañías, no los salarios, los que han alimentado la espiral de precios, y se han marcado como objetivo para este año repartir de manera más equitativa los costes de la inflación y recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores.
Como novedad, CC OO propone que las subidas salariales que se negocien en los convenios colectivos tengan en cuenta no solo la inflación, sino también los resultados de las empresas. Es la primera vez que uno de los dos sindicatos mayoritarios acepta esta vieja propuesta de la patronal. “Esto es lo que habitualmente dice la CEOE que hay que hacer. Pues bien, asumimos el reto”, afirmó el secretario general del sindicato, Unai Sordo. La idea de CC OO es crear un índice “objetivo y fiable” sobre la marcha de las empresas que sirva de referencia para negociar los salarios y que se elaboraría con información de la Agencia Tributaria y de la Seguridad Social.
 
Menos consumo
El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, cree que la propuesta de CC OO “abre un espacio interesante” para el diálogo entre ambas partes, que el año pasado, en pleno descontrol de los precios, no se pusieron de acuerdo. “No estamos diciendo que no se puedan subir los salarios”, dijo Garamendi. “Tiene todo el sentido que puedan subir más en aquellos sitios o en aquellos espacios en los que vayan las cosas mejor y no puedan subir tanto en aquellos sitios o espacios donde puedan subir menos”.
Para los sindicatos, la negativa de la patronal a compartir los beneficios empresariales con los trabajadores equivale a apostar por la desaceleración económica, pues merma significativamente la capacidad de consumo de buena parte de los hogares españoles. En un informe titulado Los beneficios empresariales crecen a costa de los salarios, la UGT sostiene que las compañías, en especial las energéticas, han aprovechado la coyuntura para aumentar sus márgenes y sus niveles de rentabilidad. Según los cálculos del sindicato, los resultados empresariales explican el 83,7% de la subida de los precios en el primer semestre de 2022, mientras que los salarios son responsables solo del 14,7%. Muchas empresas, afirma UGT, han aprovechado la falta de competencia en algunos sectores y el aumento de la demanda tras la pandemia para “inflar desorbitadamente” los precios.
La Central de Balances más reciente del Banco de España constata un aumento interanual récord en el valor añadido bruto (VAB) de las empresas no financieras en los nueve primeros meses de 2022: el 21,1%. Según la misma fuente, el resultado ordinario neto (RON) de las compañías se incrementó casi en un 96% en las grandes firmas y en un 22% en las medianas. 
 Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, opina que buena parte de la inflación subyacente —de cuyo cálculo se excluyen los alimentos frescos y los productos energéticos— se explica "porque alguien se está forrando”, en alusión a algunas empresas. La tasa general del índice de precios de consumo (IPC) se moderó hasta el 5,4% en diciembre en términos interanuales, pero la inflación subyacente se disparó hasta el 7%, su nivel más alto desde noviembre de 1992. “No es posible que mientras alguien se llena los bolsillos, los salarios de los trabajadores de este país sufran una gran devaluación" dijo.