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La indigestión digital perjudica la salud (mental)

El Parlamento Europeo debate sobre el excesivo uso de las redes sociales como causa de trastornos psicológicos entre los menores

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Enero 2024 / 120
Redes sociales

Ilustración
Lola Fernández

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La salud mental es una parte integrante de la salud y el bienestar personales. Es necesaria para desenvolverse en el mundo, relacionarse, afrontar dificultades y prosperar; un derecho humano fundamental. 

Los datos recientes sobre el estado de la salud mental en el mundo resultan preocupantes. En EE UU, el 33,7% de los jóvenes de entre 18 y 25 años padecían en 2021 algún trastorno de salud mental, como la ansiedad y los trastornos de conducta o de ánimo. Se detectó, además, que los episodios de depresión grave entre los jóvenes de entre 12 y 17 años aumentaron de modo significativo a partir de 2010, con un porcentaje de afectación que en 2021 alcanzaba el 29,2% entre las adolescentes y el 11,5% entre los varones.

Correlación no implica causalidad. Aun así, resulta difícil pasar por alto la correlación entre el deterioro de la salud mental de los jóvenes y su acceso cotidiano a las redes sociales y otros medios digitales. Según informa el Pew Research Center, el porcentaje de jóvenes de entre 13 y 17 años que están "casi continuamente conectados" pasó del 24% en 2014 al 46% en 2023. En la misma línea, según el Ministerio de Sanidad español, el 23,5% de los estudiantes de 14 a 18 años presentaba en 2021 un riesgo elevado de estar realizando un uso compulsivo de Internet. De hacer referencia a una actividad no digital como el consumo de chuches o el estar colocado, estos datos se considerarían a buen seguro indicativos de trastornos del comportamiento. Una propuesta de resolución del Parlamento Europeo constata el consenso en torno a la realidad de la adicción a las redes sociales. Identifica, además, que la presión de estas redes es una de las cinco causas principales de problemas de salud mental entre los menores, con efectos secundarios similares a las adicciones a las sustancias. 

"Diseño manipulador"

No es una situación a la que se haya llegado por casualidad. El texto  del Europarlamento la atribuye, en parte, a prácticas deliberadas de "diseño manipulador", "diseño adictivo" o "diseño conductual" de redes sociales. Veremos si ahora, después de una década de inacción, los legisladores se deciden a hincar el diente a esta cuestión. 

Podemos, entretanto, llevar a cabo un ejercicio de autoconciencia. La capacidad de prestar atención sostenida, así como las de pensar, sentir y actuar de manera autónoma son indicadores de buena salud mental. Sugiero reflexionar acerca de la medida en que renunciamos a estas capacidades recurriendo a ofertas digitales como Google, Instagram, Whatsapp o TikTok. Fijándome en la fecha de su aparición no puedo evitar sentir que su el asalto digital a nuestra autonomía anímica se intensifica con el tiempo. Y que la oferta de aplicaciones basadas en la IA generativa, así como la incipiente oferta de asistentes personales automatizados, augura una nueva ola ofensiva. Sigan con salud.