La 'influencer' y el creador de contenido
Aunque se cobre más, en el mundo digital reviven estereotipos y brechas salariales
Nuevo mundo, viejos problemas. Las mujeres que generan contenidos para Internet y las redes sociales perciben, de media, 77 céntimos de euro por cada euro que cobran sus colegas hombres, según datos recogidos en 2021 por la plataforma de marketing para influencers IZEA. Ya en 2019, la revista Wired señaló, además, que, mientras que a los hombres se les tiende a considerar generadores de contenido, a las mujeres que también crean audiencias y promocionan marcas se las suele contemplar como influencers, un "término con connotaciones negativas". El público las ve "parte del producto".
De ello habla el estudio Coste de oportunidad de la brecha de género en las profesiones digitales, elaborado por AFI e impulsado por Telefónica para la plataforma de grandes empresas Closing Gap. Es solo un botón de muestra del heterogéneo ecosistema digital, que constituye un cajón de sastre de tareas y retribuciones.
Sí es cierto que el núcleo duro del sector de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) ofrece salarios superiores: tanto hombres como mujeres, cada uno en su rango de salarios, cobran 10.000 euros más al año de lo que perciben de media unos y otras en el conjunto de actividades económicas, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
En las TIC, además, la brecha salarial de género, que aún es del 16,61%, ha reculado de forma acusada: se sitúa ocho puntos porcentuales por debajo de la que había en 2008. La brecha salarial en el conjunto de sectores se ha cerrado en cinco puntos, y es del 23%.
Estos avances tienen que ver con la demanda de profesionales de la tecnología, que se incrementó en un 50% en la Unión Europea, ocho veces más que la del empleo global durante los mismos años. Según Eurostat, los especialistas TIC varones acaparan 8 de cada 10 puestos en la UE, y en España las mujeres apenas representan el 20% del total. Datos del Instituto de Mujeres arrojan un 27,9% de mujeres en los sectores manufactureros de tecnología alta y media-alta y un 33% en los servicios de tecnología punta, niveles similares a los que se dan entre el personal empleado por las empresas en I+D (31,08%).
Mujeres que en 2022 dejaron su empleo por responsabilidades de cuidados. Lo hicieron también 5.400 hombres, según el INE
He aquí un temor repetido en el último Congreso de Economía Feminista de Barcelona: que el pez se muerda la cola y la escasa presencia de mujeres en el sector TIC ahonde en la brecha digital de género. Otro clamor general: la insuficiente sensibilidad estadística. "A menudo se necesita ir a microdatos para del desglose por género y, pese a lo mucho que se ha avanzado, hay que profundizar en los resultados", señala Rosa García-Hernández, profesora de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), quien, tras estudiar trabajo, salarios y desigualdades de género en la economía digital, sí ha concluido: "Un buen posicionamiento en competencias digitales de las mujeres repercute positivamente e la igualdad de género". En esta dirección apuntan el índice de la Comisión Europea Women in Digital Scoreborard y el Gender Equality Index.
Es el porcentaje de brecha salarial de género en el área de información y la comunicación, ocho puntos menos que en 2009, dice el INE
Llegar y desear irse
Pero llegar no lo es todo: la realidad laboral más puntera no parece invitar a la conciliación. Según el trabajo Competencias transformadoras para la igualdad de género en la sociedad y la economía digital, del Observatorio Nacional de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información (ONTSI), el 56% de mujeres que entran en el sector digital en EE UU tienden a reorientar su carrera profesional.
De entrada, cuando las mujeres empiezan en el sector TIC suelen concentrarse en las ocupaciones peor remuneradas, como la de gestión de proyectos, en lugar de los puestos de desarrollo de software de TIC. Así, la brecha salarial en el momento de entrada es globalmente más elevada. En esta línea, el sindicato UGT explicita en su estudio Mujeres & Tecnología que la proporción de ingenieras que perciben un sueldo inferior a 700 euros en su primer empleo es del 27%, casi seis puntos más que en el caso de los ingenieros hombres, entre contratos a tiempo parcial y otros de formación en prácticas. Los salarios de más de 2.500 euros por mes se les ofrecen al 11,3% de mujeres y al 20,6% de varones.
Seis de cada 10 mujeres del sector tecnológico opina que el ecosistema tech falla en brindar igualdad de oportunidades, mientras que el 86% de jóvenes tecnólogas opina que los permisos por cuidados son una complicación si quieren desarrollar una carrera profesional.
Como se ve en el gráfico adjunto, en el sector se realizan jornadas laborales semanales más largas —sobre todo en la franja de edad de los 40, y aún más entre hombres. En Estados Unidos, la segunda razón que señalan las mujeres para abandonar las TIC —tras la maternidad— es un ambiente de colegueo machista que ya ha sido bautizado como cultura brogrammer, palabro que fusiona en inglés hermano y programador.
Subirse al carro de la revolución digital, y más aún liderarla, es difícil cuando se calcifican algunas cifras. Una llamativa: el año pasado, 64.000 mujeres españolas abandonaron su empleo para dedicarse a cuidar a familiares, frente a 5.600 hombres, de acuerdo con la última Encuesta de Población Activa (EPA). Si se pregunta a la gente por qué trabaja a tiempo parcial, la respuesta que apunta a los cuidados concierne en un 93% a las mujeres. Entre las personas inactivas, 55.000 hombres hablan de cuidados... frente a 638.400 mujeres.
Y una guinda conocida: la penalización por maternidad, que abordó con preocupación la conferencia sobre brechas de género que se celebró en Naciones Unidas en marzo. Un estudio publicado por el Banco de España estima una merma salarial del 11% para las madres al año de haber dado a luz, y de hasta el 33% una década después. La mayor brecha de género en la tasa de paro en España se da en la franja de edad de entre 35 y 39 años.