¿Qué me pasa, robot?
Priorizar las necesidades de pacientes y usuarios, garantizar un manejo seguro y soberano de los datos y blindar un acceso universal condicionan la confianza y el uso de las tecnologías en la sanidad
La próxima vez que vaya a un centro de atención primaria, calcule cuánto rato le habla su médico o médica mirándole a los ojos. Seguramente pasa buena parte del tiempo tecleando en el ordenador los síntomas que usted le exponga, o el medicamento que le recete, para que quede constancia en el sistema, por su propio bien. La sensación de que los médicos no hacen mucho caso es una queja eterna de las personas usuarias, mientras los profesionales de la salud, que han invertido una década de su vida en formarse, confiesan frustración por la tarea mecanográfica, que se suma a la sobrecarga de visitas, pues pueden llegar a 50 por día.
Este año, en cuatro ambulatorios de Cataluña y varios centros hospitalarios de toda España, una inteligencia artificial (IA) escuchará la conversación, la transcribirá y la procesará empleando la terminología médica que toque (si usted dice "dolor en el pecho", hablará de "presión torácica", para entendernos). El médico revisará eventuales errores del resumen resultante disponible en segundos.
Dos minutos de ahorro
"Hemos calculado que el ahorro medio por visita es de dos...