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¿Quién teme a ChatGPT?

Vuelve la zozobra ante el peligro de la pérdida de empleos por una tecnología nueva.

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Marzo 2023 / 111
Robot con cara de bueno

Quien no conozca el ChatGPT debe ser porque se ha quedado atrapado en el túnel del tiempo. Imposible hoy no topar con él. Este niño mimado de la inteligencia artificial (pronúnciese chatyipití), al que se puede acceder gratis, está en boca de todos desde que, el pasado 30 de noviembre, lo lanzó al mercado la start-up californiana OpenAI. Es innegable que sus últimas versiones son un tanto espectaculares. El ChatGPT es capaz de comentar El mito de Sísifo, de Camus, resumir el pensamiento de Keynes, hallar la solución de un problema, redactar una carta de motivación o codificar un programa. A diferencia de los anteriores chatbots, a los que ha mandado al Paleolítico, la sintaxis y la ortografía de ChatGPT harían palidecer de envidia a muchos internautas. Esta IA aprende de sus errores cuando interactuamos con ella, un trabajo que proporcionamos gratuitamente a GPT. Pero, una vez la curiosidad está saciada, nos viene a la mente la pregunta de ritual: ¿se trata de la muerte programada de los programadores, cazatalentos, encargados de la relación con la clientela, juristas, community managers, periodistas o profesores...

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