Un interruptor del apetito
Los nuevos medicamentos contra la obesidad activan directamente el control cerebral de la saciedad
Hambre. Muchas personas experimentan esa sensación con más frecuencia que las demás. Como consecuencia, comen más y, con gran probabilidad, acumulan más grasa y aumentan su peso por encima de las concentraciones saludables. Para adelgazar, según la receta clásica, es necesario comer menos, hacer ejercicio y echarle fuerza de voluntad. Traducido, esto último significa pasar más hambre, algo que no se puede aguantar toda la vida. La virtud de los nuevos fármacos contra la obesidad es que hacen innecesaria esa heroica fuerza de...