Viviendas adaptadas para mayores
Las necesidades habitacionales y de cuidados que se avecinan están propiciando la creación de fórmulas innovadoras
En la vejez, si la autonomía y el dinero lo permiten, lo más común es quedarse los años que se pueda en el domicilio habitual. Aunque no es necesariamente barato, se puede adaptar la vivienda a las necesidades de accesibilidad (baños antideslizantes, ascensores, pasamanos, domótica, etc.). Puede incluir —e incluirá cada vez más— todo tipo de sensores que permitan asistencia y cuidados a distancia (véase artículo sobre nuevas tecnologías en la página 36 de este dossier).
“El 89,2 % de las personas mayores de 65 años tienen su vivienda en propiedad completamente amortizada”, explica en un artículo de la editorial Feup Bernardo Díaz Salinas, secretario de la Asociación de Mayores del Siglo XXI. “Pero una de cada cinco personas mayores de 65 años (el 20,1 %; 1.600.000) vive en una situación de vulnerabilidad extrema, en hogares con problemas graves de habitabilidad, falta de accesibilidad o calefacción, e incluso la ausencia de agua potable o aseo dentro de la vivienda. Además, cuando la persona ya no pueda valerse por sí misma su destino será una residencia masificada”.
Diaz Salinas proporciona otros...