Del derecho al voto al 'Me too'

En 1975 la Asamblea de Naciones Unidas declaró el 8 de marzo Día Internacional de la mujer. Para llegar hasta ahí, había corrido ya mucha sangre, luchas, reivindicaciones y peleas. Y a partir de allí seguiría corriendo sangre, como sigue corriendo hasta el día de hoy. Y continúan las luchas y las reivindicaciones. Y se han logrado muchos hitos en los derechos de las mujeres. El voto femenino universal (menos en el Vaticano), las normativas laborales, la libertad para comprarse una casa, para conducir, para divorciarse, etc. 

En Internet y en los periódicos corren miles de historias sobre cómo comenzó aquel Día de la Mujer. Y los datos son confusos y, a veces, contradictorios.

Según los archivos de Naciones Unidas, la primera declaración del Día de la Mujer se acordó el 28 de febrero de 1909. Y lo hizo el Partido Socialista de Estados Unidos, conmemorando la huelga de trabajadoras de la confección de 1908 en Nueva York, donde las mujeres protestaban contra las pésimas condiciones de trabajo.

Un año después de este acuerdo, en la reunión de La Internacional Socialista en Copenhague, se acordó que la iniciativa de Nueva York pasara a ser de carácter internacional “para honrar el movimiento por los derechos de las mujeres y para generar apoyo para lograr el sufragio universal para las mujeres”, explican desde Naciones Unidas. “La propuesta fue recibida con la aprobación unánime de la conferencia de más de 100 mujeres de 17 países, que incluyó a las primeras tres mujeres elegidas para el Parlamento finlandés. No se seleccionó una fecha fija”.

Austria, Dinamarca, Alemania y Suiza decidieron celebrarlo el 19 de marzo de 1911, y asistieron a las manifestaciones más de un millón de mujeres y hombres, que luchaban no solo por el sufragio universal, sino también por el derecho de las mujeres a ocupar cargos públicos, a trabajar, a recibir formación profesional y al fin de la discriminación en el trabajo (algo que más de un siglo después todavía no se ha conseguido).

Movimiento contra la guerra

Como ha sido a lo largo de la historia, las mujeres protagonizaron el movimiento por la paz. No fue el 8 de marzo, sino días cercanos a esta fecha, cuando entre 1913 y 1914 se llevaron a cabo protestas femeninas contra la Primera Guerra Mundial. Y el último domingo de febrero, las mujeres rusas celebraron su primer Día Internacional de la Mujer, con esa consigna. En otras partes de Europa, se hizo alrededor del 8 de marzo del año siguiente,con manifestaciones también contra la guerra o para expresar solidaridad.

Las rusas volvieron a la carga con todo el último domingo de febrero 1917 (que cayó el 8 de marzo en el calendario gregoriano), en el contexto de la guerra, bajo el lema Pan y paz. Cuatro días después, el zar abdicó y el gobierno provisional otorgó a las mujeres el derecho al voto.

Las guerras hicieron retroceder derechos y libertades, también para las mujeres, en muchas partes del mundo. Como lo explica tras 20 años de investigación, Kristen Ghodsee, en su libro Por qué las mujeres disfrutan más del sexo bajo el socialismo, las mujeres de la antigua Unión Soviética, a pesar de todas las restricciones, fueron más libres que el resto del mundo occidental. Pero en todo caso, no fue hasta 1975, durante el Año Internacional de la Mujer, cuando las Naciones Unidas comenzaron a celebrar el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo.

‘Me too’ y una lucha continua

En 1995, 189 gobiernos firmaron una declaración que marcaba una hoja de ruta de trabajo para que cada mujer y niña pudieran participar en política, obtener educación, tener un ingreso y vivir en sociedades libres de violencia y discriminación.

Y todavía, tras los “Objetivos de Desarrollo del Milenio para las mujeres y muchachas" y la Agenda 2030 adoptada en 2015, las mujeres cargan con los trabajos de cuidados y no pueden acceder a las mismas oportunidades laborales ni salariales ni de libertades. 

Las mujeres siempre protagonizaron el movimiento contra la guerra. "Pan y paz" era el lema contra la Primera Guerra Mundial 

Pero ninguna de estas declaraciones movilizó al conjunto de las mujeres. Las activistas parecían moverse en círculo, caminando sobre sí mismas sin poder llamar del todo la atención del resto para conseguir avances más rápidos. 

2017 fue un año crucial para las mujeres. Y logró volver a movilizar a millones de mujeres en torno al 8 de marzo. El movimiento Me too, nacido en el ámbito de Hollywood para denunciar agresiones sexuales del productor de cine Harvey Weinstein, se hizo viral y terminó por destapar escándalos y hacer hablar a mujeres víctimas de violencia en todo el mundo. Había mucho resentimiento escondido en el miedo y la vergüenza. ONU Mujeres calcula que el el 35% de las mujeres de todo el mundo ha sufrido violencia física y/o sexual por parte de un compañero sentimental o violencia sexual por parte de otra persona distinta a su compañero sentimental (estas cifras no incluyen el acoso sexual) en algún momento de sus vidas. 

El caso de La Manada hizo estallar de rabia a las mujeres españolas y a las mujeres de todo el mundo. Y el 8 de marzo se llenó pancartas que emulaban las redes con el “#yosítecreo”. Las argentinas también salieron a la calle, para pedir que se apruebe la Ley del Aborto, y para visibilizar la violencia contra las mujeres. El lema #niunamenos traspasó fronteras y protagonizó más protestas del 8 de marzo. Chile estalló a protestas y el himno Un violador en tu camino se hizo también viral. 

Todas estas protestas vuelven a llenar una y otra vez las calles de las ciudades del mundo. Todavía queda mucho camino por recorrer. El movimiento de mujeres ha dado un empujón al activismo en todos los ámbitos, incluido el político y el empresarial. Aquel movimiento, que nació en los albores del derecho al voto, sigue este marzo más vivo que nunca.