Sebastián Serrano
De boca cerrada no salen virus
Hong Kong llevaba 23 días sin detectar ningún positivo en coronavirus entre la población local. Algunos visitantes habían sido pillados en el aeropuerto portando el virus, pero ningún habitante de la excolonia británica. Y de repente, el 12 de mayo, la muestra extraída a una vecina de 66 años que había dado síntomas de estar enferma el día 8 y que no había mantenido contacto con visitante alguno contenía el temido SARS-CoV-2. Como un submarino, el virus habia navegado durante más de tres semanas de humano en humano hasta emerger en el cuerpo de la jubilada. Y en el de uno de sus nietos, que también dio positivo.
De boca cerrada no salen virus
Mucha gente hablando, gritando o cantando en un lugar cerrado y mal ventilado es el entorno ideal para que se propague la infección.
Dejen ya de culpar al feminismo de los contagios
La investigación sobre los orígenes de la pandemia no podía comenzar de peor manera: con prejuicios, judicializada y con el cese de un coronel de la Guardia Civil y lío político, un magnífico cóctel para que no se aclare nada. Resulta que una juez de Madrid, Carmen Rodríguez-Medel, tras admitir la denuncia de un particular a finales de marzo, ha actuado con celeridad en pleno estado de alama para tratar de hallar indicios de responsabilidad en la actuación del delegado del Gobierno en la comunidad madrileña, José Manuel Franco, por permitir las manifestaciones feministas del 8-M, dando de hecho por supuesto que dichas concentraciones han desempeñado un papel importante en el origen de la pandemia, algo improbable aunque algunos portavoces de la extrema derecha y la derecha extrema se empeñen en ello.
El coronavirus ha venido para quedarse
Han sido dos jarros de agua fría casi simultáneos. La OMS dejó ayer claro que el coronavirus puede “no irse nunca”, al tiempo que una encuesta efectuada a más de 60.000 personas ponía en evidencia que solo el 5% de los españoles ha estado en contacto con el patógeno y ha desarrollado inmunidad. El espejismo de que la enfermedad está a punto de ser sometida ha sido fulminado. En palabras recientes de Angela Merkel: “No estamos al final de la pandemia, estamos al principio”.
Ahora toca vigilar de cerca el virus
El camino hacia la nueva normalidad anunciada debe andarse de la mano de una estricta vigilancia del coronavirus mediante muchos test para detectar nuevos enfermos y el rastreo de sus contactos cada vez que se localiza un infectado. Todo ello para aislar los posibles contagiados mientras el resto de la población mantiene su derecho a moverse. Para hacer ese trabajo se habrá de contratar en España con rapidez a 10.000 o 20.000 personas. Sorprende que los responsables de los diferentes niveles de la sanidad apenas hablen de un tema tan importante para controlar la epidemia.
Para vencer, investigación y vigilancia
La mayoría de los científicos creen que lo mejor es la colaboración para avanzar con la mayor rapidez posible. Es una cuestión de supervivencia.
En manos de un mamarracho
Donald Trump se está superando a sí mismo en esta crisis sanitaria provocada por la pandemia. La sugerencia de que se ensaye la posibilidad de aniquilar el coronavirus inyectando lejía en los pulmones ha rebasado ya cualquier límite. Contrastan con este estilo estrafalario e irresponsable las intervenciones de Angela Merkel, una política con formación científica que trata de explicar de la manera más didáctica posible lo que está pasando y lo que nos espera.
Mucha niebla para empezar a salir de casa
Salir del confinamiento no va a ser fácil ni rápido. No hay nada escrito y el único precedente, el de China, aporta alguna luz pero ha utilizado mecanismos autoritarios de difícil aplicación en una Europa democrática. Hay una imperiosa necesidad de conocer mejor hasta dónde han llegado las infecciones, pero el Gobierno deberá empezar a tomar decisiones antes de tener una idea precisa de la expansión del coronavirus en España y sin saber hasta qué punto la llegada del calor va a ayudar a controlar al patógeno.
Epidemia a la baja, hospitales al límite
Después de que la semana pasada empezase a decrecer en España el número de nuevos infectados por el coronavirus, lo fundamental ha pasado a ser el reforzamiento del sistema sanitario para que pueda resistir las nuevas oleadas de enfermos graves. Luego se tendrá que ver cómo se afronta la compleja vuelta a la normalidad sin perder el control de la epidemia. La lucha será larga.
Estrategias // Deprisa, deprisa
La pandemia ha cambiado el mundo en dos meses y puede prolongarse más de un año.