Una recuperación más lenta
España va dejando atrás la peor crisis económica desde la Guerra Civil, pero lo hace bastante más despacio de lo esperado.
España va dejando atrás la peor crisis económica desde la Guerra Civil, pero lo hace bastante más despacio de lo esperado.
La pandemia del coronavirus nos parecía ya encarrilada gracias a los altos niveles de vacunación, pero el aumento de contagios y de restricciones nos conducen otra vez hacia un destino desconocido.
La deuda, gran carga para los países pobres, ha aumentado con la pandemia. La moratoria acordada por el G20 no servirá para mejorar sus cuentas.
La inmunidad de grupo es ahora un espejismo por la mayor capacidad de infección de la nueva variante del virus y la limitada efectividad de las actuales vacunas.
Las noticias dominantes insisten en la fuerte recuperación de la economía. Hay datos para el optimismo para las grandes corporaciones. Las empresas del IBEX 35 obtuvieron unas ganancias de 28.500 millones de euros en el primer semestre, frente a unas pérdidas de 15.000 millones en los mismos meses del año anterior.
Las 10 de una noche de este verano. Este cronista se retira hacia su casa después de pasear y cenar en torno a la Sagrada Familia. Se alarga hasta el Paseo Sant Joan para tomar el metro de la línea amarilla en la parada de Verdaguer, lo que le evitará la cuesta de llegada al Baix Guinardó, que unos días apetece y otros, no tanto.
La pandemia de covid-19 ha asestado un duro golpe a la economía mundial. La mayoría de los gobiernos y empresas estaban desprevenidos, mientras que los daños económicos y sociales se vieron agravados por la subestimación inicial y la incertidumbre en torno al nuevo virus.
La crisis de la covid-19 se deja notar en la cantidad de particulares que, viéndose incapaces de pagar sus deudas, presentan un concurso de acreedores. Solo en el cuarto trimestre de 2020 fueron 1.045 las personas físicas sin actividad empresarial que emularon a las sociedades y declararon su insolvencia. Es la mayor cifra en 15 años registrada en un solo trimestre.
Sabíamos que lo de “saldremos mejores” era una de esas cosas que se dicen por decir. Cabía sospechar lo contrario, que saldríamos peores. Pero no tan, tan peores. El mundo pospandémico pinta muy mal. Aunque habrá probablemente ganas de divertirse y quien pueda gastará con alegría, las desigualdades y los desequilibrios se agudizan día y día. Pesarán durante años.
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