Salarios de miseria en Grecia y España

Las propuestas del nuevo Gobierno griego han vuelto a poner sobre la mesa los salarios de miseria de los trabajadores de algunos países del Sur de Europa. El Gobierno de Syriza intenta cumplir su compromiso de elevar el salario mínimo hasta 751 euros (...)

Por Andreu Missé

Récord de descreídos fiscales

Una mayoría de ciudadanos duda de que se paguen los impuestos que corresponde. Pero la idea nunca había cuajado tanto (...).

Por Alternativas económicas

Indicadores

168 son los millones de niños y niñas que trabajan en todo el mundo, según ha denunciado la Organización Internacional del Trabajo (OIT). (...)

Por Alternativas económicas

Qué modelo de sociedad

Responsabilidad. ¿A qué se van a dedicar los 30.000 millones de euros del llamado pacto de responsabilidad en Francia? Finalmente, se va a seguir manteniendo el Crédito de Impuestos para la Competitividad y el Empleo (...)

Por Philippe Frémeaux

Más vulnerables a la deflación

El riesgo de entrar en deflación o de retroceso de precios que lentifique todavía más el consumo a la espera de nuevas bajadas, se sitúa en torno al 20% en la eurozona, (...)

No está prohibido soñar

CRECIMIENTO POTENCIAL. Nunca se desea tanto el crecimiento como cuando desaparece, sobre todo si para tener una renta hay que tener un empleo y este depende del nivel de actividad. Reflexionemos sobre este asunto utilizando un concepto de moda: el crecimiento potencial.

Por Philippe Frémeaux

Alemania, líder en salarios bajos

Análisis: En el debate que tan vivo está hoy sobre el establecimiento de un salario mínimo legal en Alemania, la Fundación de Dublín acaba de realizar una aportación importante. 

Por Bernard Gazier

Los salarios ya bajan, el paro no

Realidad: La presión del paro y la reforma laboral pueden más que la ejercida por el FMI y Bruselas: los salarios reales han caído el 7,1% desde 2010. Pero la competitividad depende también de mejoras en la producción.

Por Ariadna Trillas

Menos ayudas al pobre, en nombre del fraude

Las ayudas a las personas en riesgo de exclusión, en manos de las autonomías, aumentan más despacio que los hogares sin ingresos. Los criterios de acceso se endurecen por falta de dinero.

Por Ariadna Trillas