Arabia Saudí, campeona del ‘sportwashing’
Los petrodólares para fichar estrellas y organizar competiciones deportivas no deberían servir para tapar la violación de los derechos humanos, especialmente de las mujeres
Mires donde mires, en Arabia Saudí puedes ver crecimiento y progreso, y me emociona formar parte de ello”. Son palabras del tenista Rafael Nadal tras darse a conocer, en enero pasado, su nombramiento como embajador de la Federación Saudí de Tenis. El acuerdo entre ambas partes, del que no se dieron cifras, incluye el compromiso del deportista de pasar cada año una temporada en Arabia Saudí para promocionar la práctica del tenis entre la gente joven y desarrollar una academia de tenis con su nombre.
El fichaje de Nadal, ganador de 22 torneos de Grand Slam y para muchos el mejor deportista español de todos los tiempos, es el ejemplo más reciente del esfuerzo de Arabia Saudí por mejorar su imagen exterior —muy deteriorada por el trato discriminatorio a las mujeres, la persecución de disidentes políticos y los bombardeos de civiles en Yemen— con inversiones millonarias para contratar figuras del deporte u organizar torneos internacionales de fútbol, tenis, boxeo y automovilismo.
Organizaciones como Amnistía Internacional, Human Rights Watch y Grant Liberty recurren al término sportwashing para describir el uso del...